Enlace de Wikipedia en inglés.
La historia está centrada en torno a un protagonista cuyo nombre desconocemos que pasa una noche en el remoto castillo de Lorraine. El narrador descansará en una habitación de la que se dice que está encantada en un esfuerzo de demostrar la falsedad de varias leyendas sobre ella. A pesar de varias advertencias amenazadoras procedentes de tres guardianes enfermizos que residen allí, él sube hasta la "
habitación roja" para empezar su vigilia nocturna. Los Personajes tienen un extraño comportamiento:
"Esta es la noche de todas las noches, dijo la mujer".
Los personajes crean tensión, así que nunca sabes totalmente sobre que están hablando, incluso no sabes el nombre del narrador. El narrador de esta historia es una persona que quiere enfrentar cualquier mentira sobre la habitación roja, en un esfuerzo por descubrir todas las supersticiones que rodean la habitación. En las primeras líneas podemos ver que el narrador es una persona confianda en sus propias fuerzas y de personalidad fuerte, que es al mismo tiempo equitativo, a pesar de que en la habitación con los viejos, en una situación difícil, trata de ser paciente y educado con los otros. El narrador se muestra confiado en la primera línea cuando dice:
"Te puedo asegurar de que se necesita un fantasma muy tangible para asustarme."
El narrador también se muestra muy desafiante cuando permanece de pie y enfrente del fuego y con un vaso en la mano. Una vez le presentan al hombre con un brazo inutil una atmósfera inquietante asume el control, el autor crea un clima de misterio haciendo preguntarse al lector el hombre tiene un brazo inutil y si este hecho tiene algo que ver con la habitación roja. La historia se centra en protagonista, el hombre sin nombre, que pasa la noche en el remoto castillo de Lorraine. El narrador tendrá que descansar en la habitación encantada en un esfuerzo de refutar las leyendas que circulan sobre la misma. A pesar de varias advertencias amenazantes provenientes de los tres débiles custodios que residen allí, el narrador sube a la "Habitación Roja" para empezar su noche de vigilia. Una vez ya en la habitación, es presa de un inexpicable sentimiento de profundo temor. Al tiempo que trata de combatir su miedo, una serie de sucesos (incluso varios candelabros que, inexpicablemente salen de la habitación) le llevan a un pánico total, que temió no poder aguantar toda la noche. El relator comenzó a sentirse derrotado cuando vio fantasmas hasta que se golpeó la cabeza y cayó inconsciente. Al día siguiente por la mañana, el narrador es despertado por los tres ocupantes del castillo con heridas en su frente y en sus labios. Cuando ellos intentan explicarle los mitos locales para explicar el encantamiento, el narrador responde que lo que mantiene hechizada a la habitación no es ninguna presencia sobrenatural, sino el miedo mismo.
La historia de "La habitación roja" empieza con el narrador hablando con uno de los cuidadores sobre la habitación encantada del Castillo Lorraine en primera persona, lo que sugiere al lector que se trata de una experiencia personal. El viejo 'con el brazo inutil' trata de pararle durante su viaje que tiene el único propósito de descubrir la verdad sobre la siniestra habitación. Sin embargo, el narrador insiste en que él necesita ir a la 'habitación roja'. Sin embargo, los cuidadores conocen la verdad sobre la habitación y nunca se han aventurado dentro de ella. Los cuidadores le dicen que es su propia elección, sin embargo, él no los escucha y se siente muy confiando, pero los vigilantes no le acompañan. Por consiguiente, los cuidadores le explican como llegar hasta la habitación misteriosa.Entonces el comienza su "viaje" hacia la habitación por los pasillos del castillo. Durante su peregrinaje por el interior del castillo, su conciencia empieza a jugarle malas pasadas y su confianza en sí mismo empieza a deteriorarse, aunque realmente no hay nigún motivo por lo que asustarse. El narrador entra en la habitación, encuentra un sitio para comodarse y empieza a hablar si mismo en voz alta y a hacer gestos humorísticos para pasar el tiempo. En el climax de la historia, las velas de la habitación empiezan a apagarse. La habitación está en total oscuridad y está tan aterrorizado que corre hasta la puerta, cae de bruces por las escaleras y no recuerda nada más. Los custodios lo encuentran a la mañana siguiente. La única manera de describir lo que pasa en la habitación es el "miedo negro" (el miedo a la oscuridad), ya que no vio nada que apagara las velas.
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Otra descripción más corta.
En "La habitación roja", una historia corta de ¿1894? que se situa entre las más populares narraciones cortas del autor, Wells se toma un descanso de su sci-fi para introducirse en el género literario, entonces muy popular: las historias de horror góticas. Como muchas veces hizo, Wells nos viene con una premisa que influenciará muchos trabajos posteriores de ficción, historias de ficción de baja nivel (pulp fiction) y la cultura pop: un tipo decide pasar la noche en una habitación encantada para probar que no lo está. Todos los elementos principales y estereotipos del género están aquí. Tenemos una mansión abandonada con una historia trágica, personas asustadizas que pronostican cosas terribles, una habitación grande, oscura iluminada por un candelabro que proyectan sombras sobre las paredes, e incluso variuos "estruendos en la noche".
Pero esta no es la historia típica de la época Victoriana. Pues aunque Wells usa el "ropaje" de una historia de fantasmas, "La habitación roja" trata más sobre sicología humana que sobre fantasmas. El mismo Wells se declaró escéptico sobre cualquier cosa 'supernatural'. En muchos aspectos, Wells tiene mucho que ver con el narrador de la historia. No es el tipo de persona que se toma en serio cualquier historia gótica sobre fantasmas, y de alguna manera, puedes incluso leer "La habitación roja" como un trabajo de demolición del género (o quizas una sátira). Wells no se toma nada en serio en esta historia: el gran poder del miedo que abruma la razón y el autodominio humanos, no importa cuan resoluto seas. Como el famoso final de la historia sugiere, el miedo puede hechizar el alma humana sin la ayuda de ningún fantasma.
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La habitación roja: simbolismo, imaginería y alegoría..
Luz y Oscuridad, Razón y Miedo.Es un tópico en la literartura gótica para contrastar; "la luz" y "la oscuridad" o "la sombra". El trabajo entero supuestamente debe parecer negro, siniestro, amenazante y misterioso. Esto significa que la oscuridad es lo que prevalece, y la luz o es débil y aislada, o completamente absorbida por la oscuridad. "La habitación roja no es una excepción; Esta repleta de cosas de este estilo.
Y mirando alrededor de esa habitación grande y sombría, con sus oscuras ventanas, con sus huecos y nichos, uno que podría entender las leyendas que crecieron rápidamente en sus esquinas oscuras. Mi candelabro fue una pequeña lengua de luz en su amplio espacio, que no pudo perforar el extremo opuesto de la habitación, y dejó un océano de misterio más allá de la isla de luz (pag. 31).
La casa entera, y en particular la habitación roja, es oscura. Esta oscuridad amenaza al narrador, porque él no sabe que puede esconderse en ella. La oscuridad sigiere peligros para él que no están allí. En la oscuridad, el narrador primero piensa que la estatua de Ganímedes y el Águila en el vestíbulo es "algo agachado acechándole". Y además están las sombras, las cuales tienen "ese indefinible cualidad de presencia, esa extraña sugestión de una cosa viva al acecho". La oscuridad que inspira miedo, y el "Miedo" mismo están conectados.
La propia lucha interna del narrador contra su miedo es reflejada en su lucha sicológica contra la oscuridad de la habitación. Como resultado, puedes ver Miedo/Oscuridad y Razón/Luz como parejas íntimamente conectadas. Llenando la habitación roja de la luz del candelabro e iluminando sus rincones oscuros, el narrador se da a sí mismo un sentido de la seguridad y mantiene su miedo en un rincón. La Razón, como la luz, es algo que revela.La Razón supuestamente elimina la oscuridad para enseñarnos que lo que realmente hay no nos atemoriza. Cuando los candelabros empiezan por salir afuera, el narrador se enzarza en una lucha contra la oscuridad al tiempo que trata de manterner la luz iluminada. Cuando se vuelve sobrepasado por la oscuridad, el narrador se va asustando cada vez más y pierde su autocontrol. Cuando la luz se ha ido completamente, sólo quedan "los últimos vestigios de la razón:"
…la oscuridad se cerró en torno mio como si cerrara los ojos, me envolvió en un agobiante abrazo, selló mi visión, y rompió los últimos vestigios de la razón en mi cerebro (pag. 45).
Oportunamente, la historia termina de día, cuando la oscuridad se ha ido y el narrador puede volver de nuevo al mundo de la consciencia. A la luz del día, puede darse cuenta que es lo que realmente le asustó en la habitación.
Personifications of Darkness and Fear.
El miedo y la oscuridad son frecuentemente escritas como unas fuerzas activas y amenazantes en la narración. Para la oscuridad, puedes elegir entre las siguientes descripciones:
* La sombra en el rincón del ventanal al fondo de la habitación tiene esa indefinible calidad de presencia, esa rara sugestión acechante, de cosa viva... (pág. 33)
* ...la negra sombra saltó de regreso a su lugar allí. (pág.37)
* Mientras yo miré de pie mirando boquiabierto, la vela al pie de la cama se apagó, y las sombras parecieron dar un paso más adelante hacia mí. (pág. 39)
* la oscuridad se cerró en torno mio como si cerrara los ojos, me envolvió en un agobiante abrazo... (pág. 45)
Y con respecto al miedo, tenemos unas dramáticas citas al final del relato:
* "El miedo que no tendrá ni luz ni sonido, ese que no soportará la razón que ensordece y ciega y que nos arrolla. El miedo me siguió, peleó contra mi en la habitación." (pág. 57)
* El miedo se esconde siempre. Puedes sentirlo incluso de día, incluso en un día radiante de verano, en las cortinas y colgaduras, manteniendose siempre detrás de ti incluso cuando le haces frete. En el crepúsculo se arrastra a lo largo del pasillo así que temes que no es tu turno (pág. 60)
¿Cual es el problema con estas dos personificaciones de dos cosas abstractas e inanimadas? Bueno, en primer lugar, suena bien. Más importante, sin enbargo, esto ayuda a Wells a dar carne metafórica a una de las grandes ideas de esta historia. El miedo es incontrolable, y es casi como un fuerza activa diabólica o espíritu en la forma en que puede atacar a los seres humanos y hacerlos indefensos. ¿Que mejor manera para hacer eso que describir que está vivo? Y desde la oscuridad y el miedoestán tan cercanamente conectados en la historia, ¿por que no hacerlo por ambos?
Además, dando vida a la oscuridad además nos permite adentrarnos más directamente en el estado de nervios del narrador: su miedo le hace ver figuras amenazantes en la oscuridad y le lleva a sentir que hay algún poder oscuro atacnadole activamente.
La estatua de Ganímedes y el Águila
En el caso de que tu te lo estés preguntando, Ganímedes fue un personaje de la mitología griega, un chico quer fue más bello que ningún otro mortal. Eso es porque un día fue robado por Zeus, el rey de los dioses. Zeus se convirtió en Águila y arrancó al confiado Ganimedes de la tierra y lo llevó volando de vuelta al Monte Olimpo (el hogar de los dioses). Zeus convirtió a Ganimedes el camarero (en realidad, en la web dice copero, pero no estoy seguro que esto se entienda) de los dioses, y le concedió el don de la inmortalidad.
De todos modos, te imaginas que si Wells mencioan este específico mito griego en la historia con la estatua debe significar algo. Hay algo amenazante u ominoso en este mito en el que ganímedes es raptado sin ninguna advertencia por una fuerza fuera de su control. ¿Quizás podamos ver en la impotencia de Ganímedes ante un poder más poderoso y amenazante como un reflejo de la impotencia del narrador ante el miedo y lo desconocido? ¿Quizás H.G. Wells sólo pensó que una amenazante estatua de un águila enorme en la oscuridad? ¿Tienes alguna idea sobre el significado de dicha estatua?
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Enlace. Wikipedia. Wikipedia. Alonso Quijano.Ángeles Goyanes. Taringa.
The Red Room by H.G. Wells
'La habitación roja' fue escrita en 1896 por Herbert George Wells (1866-1946). A pesar de que es una narración corta, tiene elementos de la novela gótica, que había sido inventada por Horacio Wallpole en el siglo anterior con su novela El castillo de Otranto (1764). Este género ha influenciado a la poesía, literatura y el cine hasta nuestros días. Una novela gótica se considera que tener:
Un tipo de ficción romántica que predominó en la literatura británica en el último tercio del siglo XVIII y las primeras dos décadas del XIX, y que tras un pocos años de decadencia, volvió a resurgir en la Gran Bretaña en la época victoriana y eduardiana, de la mano de las creencias populares de la época en sucesos paranormales, la hipnosis, la comunicación con los muertos por medio de un vidente o canalizador, la invocación de fantasmas, espíritus o similares. Esta corriente literaria continúa hasta hoy en día, con autores.
Las historias transcurren principalmente en castillos, monasterios, abadías y ruinas medievales, criptas, catacumbas, sótanos, pasadizos, en viejas casonas solariegas abandonadas y ruinosas, aunque estos escenarios no son estrictamente imprescindibles. A veces la acción o parte de ella transcurre en lugares abiertos, como cementerios, pasajes sombríos, bosques tenebrosos y páramos alejados de cualquier sitio civilizado. En la actualidad, escritores como Carlos Ruiz Zafón situan la acción de sus novelas en los barrios bajos de las grandes ciudades como Barcelona, pero donde los monstruos no son ya Frankenstein o Drácula, sino personajes como policías torturadores o escritores de salud enfermiza que sufren un amor prohibido.
Los personajes típicos de estas novelas son: fantasmas (encadenados o no), monstruos (Frankestein), personajes extraños y extranjeros (en la sociedad inglesa decimonónica, ambos términos eran casi idénticos), muchachas en peligro, esqueletos, demonios, villanos, hombres lobo, vampiros, Doppelgänger (o doble maligno, oscuro y misterioso, el más conocido es el Dr. Jekill y Mr. Hyde), etc.
Otros elementos ambientales son tormentas, ruidos de cadenas, gemidos, lamentos, voces misteriosas de procedencia indefinida, presagios funestos, advertencias de personajes secundarios, ventas de almas al diablo (El retrato de Dorian Gray), etc.Los sentimientos en que se inspira la novela gótica son: un amor por lo decadente y ruinoso, la depresión, la angustia, la soledad, el amor enfermizo, etc.
El movimiento literario gótico precede al Romanticismo y tuvo como hijo, muchas veces bastardo, la literatura y la cinematografía de terror. No hay más que comparar la novela de Mary Shelley, Frankestein o el moderno prometeo con cualquier película joligüdense con la misma temática, de las que se suprimieron los elementos más bellos y genuinos de la novela original en aras a la comercialización del producto.
La novela gótica supuso una reacción emocional, estética y filosófica contra la Ilustación y el Racionalismo, y en general, contra el avance de las ciencias.
La postura racionalista sostiene que la Razón humana es la suprema herramienta para comprender y dominar al Universo. El hombre, de la mano de la razón, se independiza de Dios y de la Religión. Más aún, se rechaza todo lo que huela a postulado religioso o dogma de fe. Todos los fenómenos naturales y sociales pueden ser explicados por la sola intervención de la razón.
De esta manera muchas creencias populares que se habían mantenido firmes por siglos, entre ellas, el retorno de los muertos y la existencia de los fantasmas y los vampiros, son rechazadas por el Racionalismo del siglo XVIII y pasan a considerarse meras supersticiones, propias de ignorantes. La novela gótica surge entre los círculos cultos de Europa como una reacción a este Racionalismo que niega todo lo sobrenatural. Pero no es una reacción que pretenda reinstaurar una creencia sino imponer una estética. Parafraseando a Rafael Llopis en su ensayo en la edición de "Los Mitos de Cthulhu" publicada por Alianza Editorial, los góticos no creen en fantasmas, pero aún necesitan sentir miedo por ellos.
de alonsoquijano.org
Los ingleses de la época victoriana tuvieron una particular afinidad con la idea de la muerte en general. Numerosas historias y narraciones de fantasmas y novelas góticas fueron escritas en la época de "La habitación roja".
La obsesión es claramente visible en mucha literatura victoriana y documentos históricos. Liderados por la Reina Victoria, el duelo elaborado fue un proceso común en la época, especialmente entre las mujeres. La misma reina realizaba rituales fetichistas durante cuatro décadas después de la muerte de su marido, Albert, incluso haciendo que los sirvientes cambiaran sus sábanas y ropa blanca a diario.
Otro factor que contribuyó a la obsesión victoriana fue la alarmante tasa de mortalidad en la Inglaterra victoriana. La muerte fue una experiencia diaria para las clases trabajadoras, y fue representada de modo muy diferente a hoy en día. Para empezar, las últimas palabras eran tan valiosas que a los moribundos se les daba narcóticos para mantenerlos en un estado lúcido. En ese estado de fascinación por lo supernatural y las historias de fantasmas se hizo del género gótico, un género muy común en la literatura de entonces.
Aunque al lector moderno el título de "La habitación roja" nos sonaría a una habitación en algún burdel de los bajos fondos de alguna gran ciudad, con luces de neón, a prostitutas, a paredes con papel pintado de color rojo, para los contemporáneos de Wells, donde la luz eléctrica aún no estaba ampliamnete difundida, el título era significativo para el género. El título inmediatamente crea una atmósfera de misterio y suspense, y el lector no descubre que es realmente la habitación roja hasta que se adentra en la historia. El título crea preguntas en la mente del lector, y este ignora porque el título es significativo, excepto que normalmente es asociado con peligro y miedo. Esto relaciona el cuento con el género gótico, focalizando la atención en la supuestamente encantada habitación roja.
El emplazamiento de la habitación roja en el castillo de Lorraine es extremadamente típico del género gótico. Dentro del castillo, H. G. Wells emplea convenciones de las primeras historias góticas escritas, como por ejemplo, 'El castillo de Otranto', de Horacio Walpole (1764), como pasadizos subterráneos, ecos y corrientes de aire.
Los castillos son generalmente lugares grandes y oscuros y el lector sabe que la habitación roja está situada enn un castillo, y al narrador se le da una lista larga de direcciones para que encuentre por si mismo la habitación roja. Los pasadizos parecen conducirle a los sótanos, tan aislados que si necesitara pedir ayuda, esta no estaría disponible. Una vez en la habitación roja, el entorno crea una base de misterio y la posibilidad de fantasmas o presencias sobrenaturales.
Los pasadizos que llevan a la habitación roja parecen similares a aquellos descritos en 'El castillo de Otranto', cuando uno de los personajes principales huye a través de oscuros pasadizos. La 'oscuridad' de esos pasillos vacíos parecen fabricar la idea de una presencia de ultratumba factible y real.
Como la habitación inicial donde empieza la narración apenas está descrita, el autor pone mucho enfasis en la descripción de la habitación roja. La descripción del interior de la habitación roja usa las convenciones de una habitación típica victoriana que puede ser usada en una historia de fantasmas. En primer lugar, hay muchos nichos y esquinas oscuras que crean un sentimiento de misterio. Hay candelabros y estantres adosados por las paredes, que a menudo aparecen en narraciones del género. La habitación roja de H. G. Wells es bastante similar a otra habitación roja, la usada en 'Jane Eyre' de Charlotte Brontë (1847). También aquí, esta habitación es sabido, está encantada y completamente apartada del resto de la casa en la que está situada.
El narrador es el personaje principal en "La habitación roja". Esto es típico de las novelas góticas en particular, que los personajes masculinos son generalmente heroes masculinos. También "La habitación roja" se separa de la convención usual en la que una mujer sufre un peligro en el transcurso de la acción, por ejemplo, un encuentro supernatural. Este no es el caso del narrador, que tiene que entrar sólo en la habitación roja, y no con el propósito de rescatar a alguien. En su lugar, el narrador se enfrenta al desafío al reclamar que no ha visto "todavía" ningún fantasma. H. G. Wells usa la arrogancia del narrador al principio para incrementar la tensión, y estas palabras preparan al personaje para un encuentro aterrador. El personaje es extremadamente confiado, a pesar de los recurrentes avisos de los cuidadores, él narrador insiste en que es "una mente abierta". Sus razonamientos lógicos se vuelven irónicos tan pronto el narrador entra en la habitación y se pregunta: "¿Y ahora qué?" en un pánico histérico. Al final de la historia, su caracter ha cambiado much, y parece muchoi más sabio que al principio. Ahora habla del Miedo como una entidad real, en vez de negar que podría ser tocado por el miedo como antes. Un efecto similar le ocurre al personaje principal de la narración de Charles Dickens "Un cuento de Navidad" (1843).
Hay unos pocos personajes vivos en "La habitación roja", en parte porque es una narración corta. Sin embargo, son mencionados otros personajes del pasado, como el "joven duque" o la "esposa tímida. Estos personajes existen sólo para nutrir la historia de la habitación roja y hacer posible que la posibles presencias fantasmales sean creíbles. Los principales detalles sobre los personajes no vivos son que están muertos, y que se sabe que han encantado la habitación roja. Esto es muy típico de las historias góticas, ocurren muertes misteriosas, como en "El castillo de Otranto", cuando el joven principe muere de una forma espantosa y horrible.
Las caracterizaciones de los guardianes del castillo de Loraine son también típicos de las historias góticas. Los detalles descritos sobre ellos al principio de la historia les hacen más siniestros y raros, como "el hombre con el brazo inutil", una frase repetida varias veces a uno de los cuidadores. Usando estas palabras, el escritor está creando una atmósfera de misterio y tensión. No únicamente de esta manera, sino que además el diálogo entre los guardas es usado para incrementar el aspecto espeluznante de la narración. "Es tu propia elección" es un conjunto particular de palabras repetido para este propósito. Esto implica que los guardas saben algo sobre la habitación roja que el narrador desconoce, causando tensión otra vez.
Sin embargo, hay un marcado cambio en las actitudes y descripciones de los guardas al final de la historia, porque ahora están tan sólo curiosos. Esto nos muestra que su rareza fue realmente usada al principio para enfatizar la tensión antes de que el narrador entre en la habitación.
Parece significativo que los cuidadores no están presentes durante el climax de "La habitación roja", porque de lo contrario sacaría el foco sobre el miedo del narrador, quién es informado que debe "ir solo" a la habitación roja. Esto es típico de las historias de fantasmas: que el personaje principal tiene una experiencia sobrenatural sólo, aunque también es usual que una mujer en peligro, la cual, como resultado, se vuelve histérica. En "Un cuento de Navidad", Ebenezer Scrooge también se enfrenta a tres fantasmas sólo.
H. G. Wells usa muchas estratagemas típicas de las historias de fantasmas para crear atmósfera y tensión. El retraso en la información es típico en las historias de este género, como el hecho de que el lector no conoce que hay tan terrible y terrorífico en la habitación roja hasta que no están muy adelantados en la historia. En su lugar, el autor usa indicios tentadores, y a el personaje principales se le dice muchas veces que "es tu propia elección", como si deberia ser persuadido de no ir allí. Este hecho da la impresión de que la habitación roja esconde algo terrible, y el lector no descubre que es hasta que el mismo narrador ha entrado en la habitación. Este retraso en la información es también usado con efectividad en el prologo de "Otra vuelta de tuerca" de Henry James, cuando el personaje principal, Douglas retiene información de un misterioso suceso en presencia de otros.
Otro método que el escritor emplea para incrementar la tensión la rica descripción, que crea una sensación de misterio. Al inicio de la narración, cuando el narrador conversa con los cuidadores, la descripción es usada para transmitirles como extraños y terroríficos, así como al castillo Lorraine. Se les considera como 'grotesco' y 'espectrales', haciendo de la posibilidad de que ocurra un hecho sobrenatural o fantasmagórico como perfectamente plausible. Este uso del lenguaje parece questionarse al lector si alguien ha causado a los cuidadores dicho estado. Su inanimosidad es evidente. Ellos parecen casi surreales.
Como "La habitación roja está narrada en primera persona, el lector se identifica con el narrador, incrementando la tensión. El lector parece acompañar al narrador camino de la habitación roja, y sus emociones se vuelven más terroríficas. Al entrar en la habitación roja, el narrador se pone en estado de "tensión nerviosa", y su miedo es expresado al lector, implicando que hay una presencia o un fantasma escondido entre las sombras. Como el personaje principal se vuelve cada vez más histérico de camino al climax de la historia, el lector está aún más seguro que algo terrible va a suceder.
Concluyendo, pienso que "La habitación roja" no es totalmente típica de una historia victoriana de fantasmas. Hay muchos elementos y convencionalismos que son usados conmúnmente en las historias de este género, como la estructura y el ritmo. Otro elemento típico de las historias de fantasmas victorianas es que el misterio no se resuelve hasta el final (como las novelas de detectives, por eejmplo, de Agatha Christie).
Sin embargo, "La habitación roja" diverge, en algunos aspectos, de las novelas y cuentos de fantasmas de la época. El hecho de que, al final de la historia, no haya habido ninguna presencia espectral no es típico de las historias góticas. Generalmente, hay un suceso sobrenatural hacia el final de la historia, y en esta, la única cosa que asusta al narrador es el "Miedo". Es posible que el Miedo sea, de alguna manera, una especie de personaje el mismo, y que el miedo haya aterrorizado a los guardianes del castillo, a juzgar por sus propios diálogos y acciones, además de al narrador. Y si es así, el Miedo sería más terrible que los propios fantasmas "reales", ya que se dice que el Miedo surte efecto "incluso de día", y no sólo de noche, como lo hacen los fantasmas reales.