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miércoles, 30 de septiembre de 2009

Rusia en las sombras - Russia in the Shadows

Fuentes: Wikipedia en inglés y cs.clemson.edu. Vista previa restringida en googlebooks. Para leer el libro en inglés en Project Gutenberg de Australia.

martes, 29 de septiembre de 2009

El pensamiento eugenésico de H. G. Wells en los 30 y 40

El pensamiento eugenésico de H. G. Wells en los 30 y 40, artículo escrito por John S. Partington. Fuente en inglés.

Journal Article Excerpt

H.G. Wells's eugenic thinking of the 1930s and 1940s *.

by John S. Partington

IN A PREVIOUS UTOPIAN STUDIES ARTICLE ("Death of the Static"), I presented Wells's eugenic thinking between 1892 and 1908. That article demonstrated the influence of T.H. Huxley's principle of "ethical evolution" on Wells's developing social policy. Rather than support the "survival of the fittest", Huxley advocated the "the fitting of as many as possible to survive" ("Evolution and Ethics" 82). As I demonstrated, Wells followed Huxley's lead during the late-Victorian and Edwardian period, devising social policy based on the "minimum standard" (Mankind in the Making 108), a rejection of "Race Prejudice" (381), and the advocacy of the "Endowment of Motherhood" (An Englishman Looks at the Worm 229). However, Wells did not reject eugenics outright but considered it of possible use in improving the survival chances of the human species and preventing the occurrence of unwanted births. While Wells consistently rejected positive eugenics, claiming that the creation of an ideal type was antithetical to the principles of Darwinian evolution and arguing that competitive selection was a prerequisite for species advance, he felt that negative eugenics--the prevention of "congenital invalids" and certain anti-social types from breeding and the employment of euthanasia against severely "diseased" new-borns--did have a role in a scientifically-organised society. I argued in that article that Wells's eugenic advocacy, however, could not be viewed in isolation but was intrinsically linked to his more immediate social policy concerns such as improved housing, better education and universal healthcare.

That article only investigated Wells's eugenic thought up...

Artículo en find articles. H.G. Wells's eugenic thinking of the 1930s and 1940s.

Material suelto y enlaces



Búsqueda en Google, primera entrada de la página 6.

-.-.-.-.-.-.-.-.-

http://books.google.com.ar/books?id=HExGaHDhVbUC&pg=PA147&lpg=PA147&dq=Wells+%22War+That+Will+End+War%22&source=bl&ots=AWwRrxUUrg&sig=LdsFSU7OrJAUPjndw41J7LhXctU&hl=es&ei=sH6-SurhL4_g8Qa62PikAQ&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=5#v=onepage&q=Wells%20%22War%20That%20Will%20End%20War%22&f=false
Enlace.

Traversing Time por W. Warren Wagar.

"Speaking to the Residencia des Estudiantes in Madrid in May 1932, Wells began his address with a few personal remarks about the impact of thje World War First: "I am one of those who were violently roused by the Great War. I feel that i have been coming awake and finding out things even ever since tremendous shock of August 1914. I had what I may call a sense of change before,but my sense of change was enormously quickened by that iluminating catastrophe and its desolating consequences. And it turned to me away from imaginative literature into a new direction.""

* * * * *

http://www.readprint.com/author-88/H-G-Wells-books


FIN

Experiment in Autobiography


Synopsis:

H. G. Wells’s An Experiment in Autobiography, subtitled, with typically Wellsian self-effacement, ‘Discoveries and Conclusions of a Very Ordinary Brain (Since 1866)’, first appeared in 1934, when Wells was sixty-eight years old, and is presented in Faber Finds in two volumes (also in the Faber Finds imprint is H. G. Wells in Love, which Wells drafted as ‘Postscript to an Experiment in Autobiography’ and can be read as an accompaniment to these volumes).

In these volumes, Wells relates his early life, student days, struggles to make a living, ascent to literary supremacy, and later career as prophet of socialism. We follow him from the beginnings of his thoughts to his crowning conclusion ‘This particular brain … has arrived at the establishment of the Socialist World-State as its directive purpose and has made that its religion and end'.

On reading this remarkable account, President Roosevelt wrote to Wells to say:

‘Experiment in Autobiography was for me an experiment in staying awake instead of putting the light out. How do you manage to retain such vivid pictures of events and such extraordinarily clear impressions and judgements?’

These are indeed the conclusions of an extraordinary brain and a remarkable individual.

Vol I. Vol II.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Los nuevos Maquiavelos - The New Machiavelli


Esta es la historia del ascenso y de la caída en desgracia de un político a comienzos de la Inglaterra eduardiana (alrededor de 1910). Está concebida como un libro semi-autobiográfico, y, por lo tanto, incluye la identidad oculta de muchos de los amigos de Wells. La novela trata sobre los grandes temas de la liberación de la mujer, la colocación de la madre en el corazón de la sociedad, y para colmo de todo, un asunto escandaloso que involucra a un miembro del Parlamento. Este debe haber sido un libro muy atrevido en su tiempo.

El narrador, Richard Remington, narra su niñez, su juventud, su educación en las universidades antes de convertirse en político, y luego su carrera en la política. El estilo literario es preciso, pero frustrante, porque los pecados extramaritales se anuncian, pero con demasiadas páginas de antelación. Un buen autor moderno, con este mismo material, reescribiría la obra para mantener el suspense, pero H. G. Wells no tenía una máquina del tiempo en su taller de escritura.

Diatribas de los políticos sobre el Imperio, el voto de la mujer y antiguas batallas de esta índole sólo son de interés para los aficionados a la historia. Lo que queda es la pasión de Remington por su joven ayudante de investigación Isabel y el abandono de su floreciente carrera por su pasión amorosa.

Wells fue un autor tan genial que sería terrible que alguien leyera este libro y se llevara una mala impresión del autor, por lo que sugiero que deje este libro de lado y eliga cualquiera de sus otras obras.

Fuente:Traducción más o menos libre de este enlace.

Tono-Bungay, Ann Veronica y The New Machivelli confirmó el lugar de Wells como el más controvertido novelista de su generación; para muchos, quizás la mayoría, él fue el novelista lider. Algunos de las críticas de estas novelas tomó la forma de evaluación independiente de su arte informal y poco ortodoxo desde el punto de vista de las convenciones literarias existentes, aunque tal separación es difícil de mantener. Sus libros tuvieron un poder inmediato e imperativo. Con su mitad imaginativa, mitad argumentativa del comercio, política, familia y relaciones sexuales de la época eduardiana, Tono-Bungay y sus sucesores... Enlace.

jueves, 17 de septiembre de 2009

In the Days of the Comet


William "Willie" Leadford es un impetuoso y rebelde joven socialista enamorado de una joven llamada Nettie, quien ha crecido conociendo desde la infancia. Ambos son parte de las clases inferiores inglesas en los albores del siglo 20. William Leadford vive en la ciudad industrial de Clayton (Gran Gretaña) y es un furibundo socialista que se esfuerza por conseguir un cambio en las pésimas condiciones de vida causadas por el desarrollo industrial de la ciudad y del país. Durante la mayor parte de la primera mitad del libro se describe la aspereza en que viven los pobres de la ciudad y la historia de amor entre William y Nettie, que vive en otro pueblo llamado Checkshill. La acción se desarrolla en un momento en que Inglaterra y Alemania han ido a la guerra. Cuando la historia comienza, se observa un cometa en curso de colisión con la Tierra. Hay algo que preocupa más a Willie: Nettie se ha fugado con otro hombre llamado Verrall que es el hijo del rico terrateniente local de Checkshill y es un poco mayor. En la confusa mente de Willie, la traición no es sólo amorosa, sino además es una traición de clase. Willie, que aún viven en casa con su madre a la que trata mal, se enfurece, pierde el control y promete vengarse de la pareja, adquiere un revólver y los busca. Después de varios días de búsqueda infructuosa, encuentra a la joven pareja disfrutando de unos días de vacaciones en la costera ciudad de Shaphambury, cuando ambos disfrutan de un baño nocturno bajo la luz verde del cometa, y de repente comienza a disparar tiros y a correr detrás de ellos cuando huyen. Al mismo tiempo, un buque alemán desde altamar está disparando cañones de grueso calibre sobre la ciudad, y varios barcos de guerra británicos responden al fuego alemán desde la cercana orilla, a todo lo cual Willie no presta atención. Pero la gente huye de los disparos y la pareja de amantes se pierde entre la multitud y la confusión. Además Willie tropieza y cae inconsciente.

El cometa se estrelló contra la Tierra y un vapor verde es liberado y pone a todos a dormir hasta tres horas más tarde, cuando el vapor en la atmósfera se ha disipado.El estado alterado en que el mundo se despierta es muy sutil.La humanidad tiene una visión socialista sobre la vida y ahora se esfuerza para crear un orden utópico y por enderezar los errores del pasado.La guerra entre Alemania y Gran Bretaña ha cesado inmediatamente.¡Los soldados ni siquiera puedo recordar por qué están en el suelo con rifles junto a ellos! Los barrios de tugurios se derribado para dar paso a una vivienda segura y humana para los pobres.Las industrias contaminantes de Clayton han cerrado.

Varios días más tarde, Willie, después de haber abandonado el revólver, acude donde Verrall y Nettie viven y admite su enojo y su rabia anteriores. Todo es perdonado y Nettie incluso sugiere compartir su vida con los dos hombres su vida en lugar de tener que prescindir de cualquiera de ellos, ya que afirma estar enamorada de ambos. Finalmente los tres más la nueva amante de Leadford, Ann, viven juntos. Willie, ahora siente empatía y amor por su madre, vuelve a casa para estar con ella. Ella termina sus días con domicilio en la casa solariega de Lord Redcar, quién convirtió la vivienda en una residencia para personas mayores a instancias de su propietario.La mayoría de los antiguos terrenos privados se han abierto para uso del público. La vida es ahora pacífica y todos son iguales entre sí gracias a los efectos de la colisión del cometa con la Tierra.

Allreaders, H. G. Wells y sus opiniones políticas y Wikipedia, ambas en inglés.

Aparte de la premonición de Wells al considerar una guerra entre Alemania y Gran Bretaña (tal como ocurrió más tarde con la Primera Guerra Mundial 1914- 1918, que empezó 8 años después de publicado el libro), la novela fué un escándalo. Wells fue denunciado por la prensa y en los púlpitos como un abogado de la promiscuidad y de querer compartir esposas. Esta novela quizás pueda considerarse parcialmente autobiográfica, ya que Wells estaba insatisfecho con su vida marital.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Misery of Boots



Es un libro publicado en 1906 en Gran Bretaña basado en un discurso leído por H. G. Wells en la Sociedad Fabiana en diciembre de 1905. La edición norteamericana fue publicada en 1907. Las botas de los pobres no aptas para ser llevadas son citadas como un ejemplo de un sufrimiento sin sentido ocasionado por un sistema donde el capital es de propiedad privada. Este ensayo es especialmente notable por la manera en que Wells usa su propia visión infantil del mundo desde un semisótano, es decir, una habitación (en este caso la cocina) que está sólo parcialmente bajo el nivel de la calle. La cocina tiene en su parte alta, cerca del techo, una ventana alargada y estrecha, por la que se ve, a diferencia de las ventanas normales (donde se ven las partes superiores de los peatones), la parte inferior de las personas, especialmente las botas y los zapatos. Wells pareció destinado, en esos primeros quince años de su vida, a pasar mucho de su tiempo "bajo tierra", en la oscuridad, en un vecindario deprimente. Criado en la cocina semisubterránea, desde la cual, a través de la reja, sólo podía ver los pies de los peatones, durante su niñez se alojó sólo en los sótanos o en las buhardillas, débil, encerrado dentro en un lugar lleno de sombras y lejos del sol, en todas las casas de aprendices donde dentro de las cuales se vió forzado a permanecer.

Fuente.

Hay una traducción al castellano en esta dirección. Requiere registro, pero es gratuito.

martes, 15 de septiembre de 2009

Las más importantes predicciones de H. G. Wells

Fuente.

En 1901, H.G. Wells miró al naciente siglo y predijo cosas como los suburbios, las máquinas voladoras, que EEUU se iba a convertir en una superpotencia y las áceras móviles. Pero también tuvo algunos errores.

Durante la primera mitad del siglo XX, H. G. Wells fue considerado como uno de los intelectuales más destacados del momento. Él influyó en la dirección de la literatura, la educación, la biología, la ciencia, la política social y la historia del siglo. Fue amigo y condidente de prácticamente todas las grandes personas de Inglaterra, como George Bernard Shaw, James Joyce, Henry James, T.H. Huxley, Bertrand Russell, y Winston Churchill. Su académico Outline of History [Bosquejo de la historia] de 1920 fue un éxito de ventas durante muchos años y todavía se imprime.

Hoy en día, sin embargo, H.G. Wells es principalmente recordado, en todo caso, como el autor de unas pocas novelas de ciencia ficción, como La máquina del tiempo, El hombre invisible y La guerra de los mundos. Estas novelas, sin embargo, no son consideradas como grandes obras de arte, y existe poca conciencia de sus logros o su influencia sobre el mundo moderno, excepto entre los especialistas.

En su novela de 1914 The World Set Free [El mundo se hace libre], él predice la división del átomo, el desarrollo posterior de las bombas atómicas y el lanzamiento de las mismas desde aviones. En su novela de 1933 The Shape of Things to Come [La formas de las cosas que vendrán], él predice el estallido de una Guerra Mundial en 1940, asombrosamente cerca de la fecha real, el 1 de septiembre de 1939. Pero de lejos el mayor y más inquietante trabajo profético fue su libro Anticipaciónes.

Anticipaciones: Analizando los pronósticos de Wells


En 1901, a la edad de 35, Wells publicó un libro pequeño pero ampliamente leído llamado Anticipaciones, y subtitulado Sobre las reacciones del progreso científico y mecánico sobre la vida y el pensamiento humanos. Ofreciendo mucho más que una lista de accesorios y cosas asombrosas y nuevas por venir, Wells trata con diferentes clases de cambios técnicos y sociales. Los cambios tratados en el capítulo 1 a menudo sirven como base para la discusión en el siguiente capítulo, casi en una exposición matemática. El objetivo fue describir el desarrollo del mundo en los 100 años siguientes a 1901. El libro contiene predicciones sobre tecnología, distribución de la población, economía, la estructura de clases, dirección de empresas y liderazgo, educación, política, la vida diaria, problemas sociales, las lenguas dominantes y los asuntos internacionales.

Anticipaciones está escrito en un estilo narrativo, sin una clasificación numerada, lo cual hace difícil la tabulación y clasificación de las predicciones de Wells. Por ejemplo, decidir si una predicción se engloba dentro de otra o que sea redundante, de decidir si un artículo es lo suficientemente importantes como para merecer una mención aparte, a veces es una cuestión de juicio. Además, las predicciones de Wells muchas veces toman la forma de una propuesta o una suposición. Con el fin de evaluar los éxitos predictivos de Wells y los fallos, la discusión que sigue incluye un resumen un poco crítico, pero representativo, de las predicciones en la narración de sus Anticipations.

Con el fin de evaluar los éxitos predictivo de Wells y sus fallos, la discusión que sigue incluye un resumen un poco crítico, pero representativo, de las predicciones en la narración de sus Anticipations.

Predicción: la decadencia de los motores de vapor y el auge de nuevos modos de transporte.

El primer capítulo analiza la evolución de las previsiones que conduce a aumentos en la velocidad de los viajes en el curso del siglo XX. Wells apunta a los factores que pueden resultar en un declive de la fuerza del vapor para buques y ferrocrriles en favor de los motores de combustión interna y de las turbinas. El tráfico ferroviario, indica, se encuentra su mayor uso en el transporte de mercancías pesadas, y analiza la disminución del tiempo de espera de los ferrocarriles en comparación con el tráfico y los coches, incluidos los procedentes de las autopistas de acceso limitado. Wells prevé el desarrollo de áreas libres de vehículos en el centro de las ciudades, el metro y el uso a gran escala de aceras móviles. Una nota al pie en este capítulo analiza el uso de máquinas voladoras. Wells propone que aunque estarán en uso en el siglo XX, "no introducirán importantes modificaciones en los transportes y las comunicaciones".

* Resultado: acierta de lleno en los motores de combustión interna y los cambios en el estilo de vida sociado; falla en los viajes aéreos.

Wells prevé con precisión los cambios del la propulsión a vapor al motor de combustión interna y a la turbina. También prevé con acierto la viniente especialización del ferrocaril hacia las mercaderías y la del trasnporte por carreteras hacia el trafico de vehículos particulares independientes. Él previsiones de autopistas, paseos libres de tráfico y una estricta regulación de vehículos y el tráfico en las ciudades resulta profética.

De otro lado, Wells es completamente ajeno al eventual significado del aeroplano para el transporte de masas a larga distancia y los viajes internacionales. Él perfectamente prevé las aceras móviles pero sobrestima su significado y su importancia. Irónicamente, porque él no anticipa los aeropuertos, no prevé que estos usarán masivamente las áceras móviles en el futuro. El metro atrae poco su atención, quizás porque puso demasiado enfasis en las aceras móviles.

Predicción: un nuevo estilo de vida, el complejo ciudad-suburbio.

El incremento de la velocidad y la disponibilidad de los transportes, junto con un mayor uso de los servicios de correo y teléfono, le llevó a Wells a pronosticar en el capítulo segundo una gran aumento del tamaño de las ciudades, junto a una disminución de la densidad media; en una palabra, suburbios. Los centros de las ciudades se convertirán en centro de compras y entretenimiento, más que como áreas de gran densidad de viviendas.

Una de las localizaciones de los gigantescos complejos ciudad-suburbios que é prevé para ela ño 2000 es la megalópolis Boston-Washington. Habrá una tendencia hacia agrupar los barrios por estilos de vida y estilos arquitectónicos, como por ejemplo, enormes barrios sin estilo. También pronosticó las oficinas en los suburbios y vecindarios separados por riqueza y raza, y que por 1950 la oficina postal entregará todo tipo de productos, tanto alimenticios como fuel.

* Resultado: acierta de pleno en la expansión de los suburbios y las megaciudades.

Wells, aunque certero sobre la vida en las ciudades del siglo XX y su expansión desordenada, calculó en exceso el tamaño de los mayores centros urbanos del mundo. Wells predice que la población de Londres podría ser de unos 20 millones para el año 2000, mientras que Londres y sus áreas urbanas colindantes tienen una población de poco más de 8 millones. La zona urbana de Nueva York es de 19 millones, mientras que Wells predijo la cifra de alrededor de 40 millones. Sin embargo, uno debe hacer constar que lo que Wells considera una zona urbana no está precisamente definido y, sea cual sea la cifra, un error de la mitad o una tercera parte en una previsión de 100 años no es tan mala.

Predicción: estratificación social

En el capítulo 3º, Wells describe el desarrollo que espera de cuatro reconocibles pero no totalmente distintas clases sociales en el siglo XX. En primer lugar, anticipa el continuo crecimiento de una parte de la sociedad relativamente rica compuesta por propietarios e inversores no gerentes. Esto es lo que él llama riqueza "no responsable". Wells cree que esta clase social será potencialmente poderosa y no progresista y demasiado variada en sus intereses como para defender sus intereses durante mucho tiempo.

En segundo lugar, en una manera muy distópica, Wells augura la existencia de una subclase compuesta por los pobres, los analfabetos y aquellos que han quedado desempleados a rsultas del cambio tecnológico. Wells pronostica que esta clase estará compuesta por criminales, inmorales y arásitos del resto de la sociedad.

Una tercera clase social, que Wells imagina como la única clase social realmente productiva, estaría compuesta por aquellos individuos que tienen la capacidad intelectual y el caracter personal adecuada a loas necesidades de los científicos y técnicos, así como ciertas profesiones como doctores y soldados.

Una cuarta clase comprende a aquellos “hombres que no son productivos pero están activos y que se dedican a la organización, promoción, publicidad y el comercio”. Comprenden a “los directivos empresariales, tanto públicos como privados, los organizadores políticos, intermediarios, comisionistas, financieros, especuladores y la gran masa de sus empleados, secretarias, mecanografistas y asistentes”.

* Outcome: A hit on stratification; misses on minorities and human potential.

The four classes of society that Wells delineates-i.e., the "irresponsible" wealthy, the poor underclass, the technicians and professionals, and the managers-can easily be said to exist today in the United States as well as in all other developed countries. The prediction becomes especially accurate in that Wells describes these classes as not totally distinct, but as blurring into one another.

The problem with the accuracy of his social stratification prediction is that, while he envisions some blurring of these class lines, he obviously expects the four classes to be more discrete than they are now or typically were during the twentieth century. He also seems to anticipate a greater degree of class identification and shared values within each of the four classes than has actually been the case.

Furthermore, Wells states that none of the classes, except the technical and professional, has any productive role in a scientific and technological society. This view has never been accepted by society at large, and, of course, in the twentieth century it became common for technical and professional people to have inherited wealth, be business managers, promoters, etc., and vice versa. Wells's chief concern in his discussion of social class is to highlight the increasing importance of the scientific and technically trained individual in modern society. Hardly anyone would dispute that Wells is right in emphasizing-from the 1901 perspective-the future importance of this group, but he is wrong in thinking the scientific and technical professions would be divorced from many other niches.

There are jarring instances of gender, racial, ethnic, and national prejudice in Anticipations, which may have predisposed Wells to envision future class rigidities and attitudes. More importantly, Wells's Anglosupremacist attitudes may have prevented him from foreseeing some of the really dramatic social changes during the course of the century. Despite his insistence that merit would eventually come to prevail over privilege in the modern world, he seems to carelessly and tastelessly dismiss the potential of African, Asian, Irish, Jewish, and other groups.

Prediction: Moral Relativism and the Decline of Codes of Conduct

The fourth chapter of Anticipations, focusing broadly on the home and family environment, forecasts a general breakdown of commonly accepted standards of morality in favor of many different standards. Wells predicts all kinds of vice being practiced and tolerated, an increase in the number of childless marriages, and the decline of traditional marriage. He sees a relaxation of marriage laws and living arrangements and more children of all ages in boarding schools.

* Outcome: A hit on a twentieth century rejection of Victorian ideas of morality and "normalcy."

It is a modern truism that moral standards changed dramatically over the course of the twentieth century. While historians might debate the degree of hypocrisy implicit in Victorian morality, it is obvious that there was more agreement then on what constituted the moral ideal than exists now. Wells's predictions about a coming breakdown relative to Victorian standards must be judged as correct. His forecast about marriage laws and cohabitation are a case in point, as is his prediction about a rise in childless marriages. His prediction that young people would be routinely sent to boarding school instead of being raised at home has not proved true.

From a twenty-first-century perspective, vice may not be as rampant and widely tolerated as Wells anticipated, but it is necessary to remember the audience for Anticipations was a 1901 readership. What we now consider normal, or at least common in terms of male and female relationships-divorce and remarriage, homosexuality, pornography, depiction of violence, drug use, etc.-would probably seem to be a shockingly high level of vice to the average person at the beginning of the twentieth century, fully validating Wells's judgments in that frame of reference.

Prediction: The End of Democracy and the Decline of Serious News Media

The fifth chapter foresees the end of representative democracy, possibly after a period of control by

a group of highly forcible and intellectual persons . . . financiers and their associates, their perfected mechanism of party control working the elections boldly and capably, and their public policy being directed towards financial ends.

The extent or duration of this control, should it take place, Wells sees as being limited by the weighty influence of the middle class mentioned in chapter three-i.e., technicians, engineers, scientific personnel, doctors, and the military. Wells sees democracy and associated rule by "irresponsible" wealth being superseded as a result of the failure of democracies to successfully function under the stresses posed by modern warfare. His rationale for believing that democracy will pass away is that political parties in a democracy always choose the appearance of action over the reality of actually doing anything, and this just won't work in wartime. Along the way, newspapers will increasingly turn from providing in-depth news to providing entertainment, hourly news, and advertising. Making money will be the newspaper's dominant goal.

* Outcome: Two misses-democracy succeeds, media multiply.

The twentieth century did not, as Wells forecast, see the end of parliamentary-style democracy. Rather than proving unequal to the strain of total war, democracies adapted, overcoming the supposedly more focused and efficient authoritarian regimes of Germany, Japan, and Italy.

As Wells thought, an evolution of specialized newspapers and reporting has occurred, but the explosion in types of media and their hugely important role in twentieth-century society seems to have been overlooked.

Prediction: New Modes of Warfare-Total, Industrial, Scientific, and Unconventional

Machines and technicians will replace horses and unsophisticated soldiers as the primary means of waging war, says Wells. This, in turn, will require the involvement of civilians and the economy to an unprecedented degree as a part of the war-making effort. This involvement of erstwhile civilians will increasingly make them as much targets of military action as uniformed soldiers. Furthermore, the need for scientific, factory, and logistical support of the new form of fighting will require governments to efficiently mobilize all of the people, control and direct business, and harness science in order to avoid losing in this kind of war.

In adapting to war needs, both government and society at large will be transformed in ways that will carry over to the intervals of peace. Wars would be between peoples, not merely between armies and navies.

In the process of making these broad points, Wells makes a number of other specific observations, such as:

* Automatic weapons and other small arms improvements will make guerrilla warfare more effective and prevalent.

* Infantry movement using cover, concealment, night fighting, and foxholes will supersede mass clashes.

* Aerial observation and air support will be increasingly important.

* Armored guns and "land ironclads" will play a role on the battlefield.

* Communications based on telephone and wireless will be important.

* A military and civilian meritocracy will displace aristocratic privilege.

* Future "wars will be won in the schools and colleges and universities."

From his perspective in 1901, Wells thinks that airplanes would not be perfected until 1950 or so, and maybe as late as 2000. He dismisses submarines because he thinks they would be too blind and toxic to the crew to be effective. He dismisses capital ships in favor of small fast ships using ramming as a primary offensive technique. He believes that bicycles would be the primary means of increasing the mobility of infantry and that tanks are probably too slow to be decisive.

* Outcome: Hits on total war, guerrillas, scientific role, World War I strategy; misses on naval war and World War II strategy.

Wells correctly foresees that wars in the twentieth century would serve as an important catalyst for achieving increased societal recognition for scientific and technical personnel. In other words, he correctly sees the rise of the military-industrial complex.

Wells successfully predicts the advent of the long-drawn-out total wars of the twentieth century, along with many of the postwar social changes brought about by the two World Wars and the Cold War.

He is fairly successful in predicting developments along the lines of the trench warfare that occurred in World War I, but less successful in predicting land-fighting developments thereafter.

He correctly anticipates that small arms improvements would make guerrilla warfare more effective and more likely. He is wrong, however, on naval battles as being more likely fought between small ships using ramming tactics and submarines becoming useless.

Prediction: The Rise of One Dominant Language and a Global Information Network

The chapter on "The Conflict of Languages" emphasizes the role of poor travel and communications in bringing about language differences. Conversely, good communications and increased trade will help do away with dialects and languages limited to a specific geographic area. Wells says that English, but perhaps French, will be the dominant world language in the twentieth century, although Chinese or Japanese may dominate in the Far East. Wells views educational achievement, the amount of publications, and the distribution of knowledge, particularly scientific knowledge, as critical to world language dominance. In this regard, Wells advocates assembling a world encyclopedia of all human knowledge that would be available to all. Partly on the basis of the vanishing national languages in Europe, Wells foresees an economically united Europe by 1950.

* Outcome: A hit and a near miss, English and Wikipedia overtaking the globe.

Just as Wells expects, English is used across the world for business, scientific, and technical communication. Increasingly it is also displacing or radically changing other languages, even for local use. One language is quickly becoming-but is not yet-the world standard.

Wells's proposal for an encyclopedia of all human knowledge sounds as if it is intended to function like today's World Wide Web (or perhaps the Web and Wikipedia), although Wells does not anticipate the use of computers.

Prediction: Fuller Economic, Cultural, and Political Integration on a Global Scale

Chapter eight notes that as of 1901 a world economy already exists in terms of its interdependencies. According to Wells, processes like those favoring economic integration will facilitate widespread political and cultural assimilation. Specifically, while Wells expects considerable numbers of subcultures to persist, such as the Jewish culture, he expects that eventually three overarching political-cultural areas of influence will cover the globe in the course of the twentieth century. The first one to appear is an Englishspeaking power bloc, then a central European, and finally an East Asian power bloc.

The English-speaking power bloc would be centered in the eastern United States and exist in the form of a federation that "administers" the former British empire, the Americas south of the Mexican border, much of the South and Middle Pacific, the East and West Indies, and much of Africa. The European bloc would include western and eastern Europe, the Mediterranean basin, and western Russia. Wells anticipates a Russia eventually split into two parts, with the eastern part drawn into the Asian area of influence. The East Asian area includes China, Japan, eastern Russia, and presumably what we would refer to these days as Southeast Asia.

Wells does not anticipate that the formation of these blocs would necessarily be the result of peaceful evolution. He writes, for example, that Germany might try for dominance in place of the united republic-type Europe that he foresees, but to do that, "She must fight the Russian and fight the French and perhaps the English, and she may have to fight a combination of these powers."

He also forecasts:

German aggression will either be shattered or weakened . . . by a series of wars by land and sea.

* Outcome: Hits-after two World Wars, a globalized, westernized planet.

With some exceptions, the geopolitical world that Wells thinks will materialize during the twentieth century is strikingly similar to the world that actually has emerged. In the form of "Westernization," political and cultural assimilation, as Wells anticipates, has occurred worldwide.

Subcultures continue to thrive largely within terms of the overarching Western cultural thrust.

Wells accurately foresees that Germany will attempt to dominate Europe, if not the world, but be defeated repeatedly in this attempt.

European economic integration, which Wells predicts happening by 1951, actually came into being in stages beginning in 1952. A Federal Europe that he thinks would be in place by the beginning of the twenty-first century is now substantially in place as the European Union (EU), and it covers most of the area that Wells thought it would.

Today, China and Japan are the economic powerhouses in East Asia. In total, but not yet acting together, they exercise a great and growing influence-cultural, military, political-on the whole Asian region. With the growth of Japan, China, and the Asian tigers, it is not too difficult for us to imagine an East Asian power bloc eventually coming into being on a par with the United States and Europe, as Wells believed would come about.

Prediction: A Technocratic State, a New Religion, and Eugenics

Chapter nine of Anticipations describes the religious attitudes, moral environment, and public policies that are likely to prevail by the time a world state arises. Wells indicates that a globally interconnected state will come into existence due to the growth of an international corporate sense of self-awareness among the world's scientific, technical, and professional elites. Wells refers to this international corporate function as the New Republic. The common interests of the technocratic elites gradually cause the disappearance of nation-states and the eventual integration of the three global power blocs.

The theory of evolution will, he says, allow humanity to dispose of the belief in human equality. Only a portion of the population is fitted to understand and operate efficiently in the scientific and technical world of Wells's New Republic. An elite technocratic portion of the population will manage the world of tomorrow-i.e., our world today. Consistent with this, Wells thinks that various policies, including severe eugenic control and euthanasia, will be exercised by the state to limit reproduction among the noncontributory parts of the population. Wells presumes, however, that the productiveness and efficiency of individuals will be the sole criterion for one's membership in the coming New Republic's technocratic elite.

The religious outlook he anticipates to be in vogue today perhaps resembles Unitarianism in its attitude toward the Creator more than modern Protestantism or Catholicism, but includes an almost fundamentalist emphasis on free will, individual responsibility, and activism.

According to Wells, the New Republic will limit great wealth. As a result, public policies of progressive taxation and heavy death duties will be in place to even out income differences.

Due to a decreased incidence of traditional marriage, the state will assume an increased role in assuring the health, education, and general welfare of offspring, Wells believes. It will vigorously enforce the acceptance of parental responsibilities, and "be the reserve guardian of all children." In particular, the technocratic state will guarantee each child (as well as adults) access to lifelong educational opportunities.

* Outcome: Hits on child care and educational opportunity; misses on a world state, eugenic controls, and religion.

Despite the existence currently of the United Nations and international organizations like the World Bank and the World Trade Organization, a politically unified world state has not come about. It seems unlikely that it will happen by the mechanism that Wells contemplates-i.e., a conscious undertaking by common agreement of the world's scientific and technical elite. Nevertheless, it doesn't seem farfetched to imagine that globalization policy makers, experts, and technocrats may eventually morph into a twenty-first-century world state. He appears to be somewhat in error on the timing of such a state and maybe even in its ultimate existence, but he should be given credit for identifying real tendencies of various actors on the twentieth-century world stage.

Wells's belief that great wealth would be discouraged by progressive taxation and death duties has been a policy that most Western governments have pursued for much of the period Wells describes. Wealthlimiting policies, however, have been more characteristic of European than American practice, and more typical of the middle of the twentieth century than the end.

He also believes that the laissezfaire market would be highly regulated. Over the course of the century, the amount of regulation by governments has been mixed, varying from a socialist perspective to freewheeling capitalism. Again, the European and developing world experience has been substantially different from the American. On market regulation, Wells is about half right.

His attempt to predict the religious beliefs of the twentieth century must be marked mostly a failure. The Unitarian-like religion foreseen for the technocratic core of society he postulates seems not to have developed.

The rise of the policy ethic that modern governments should provide universal educational opportunity to youth, and have a particular concern for scientific and technical fields, is accurately foreshadowed in Anticipations. Wells is also correct in suggesting that the state will deem itself to be the reserve guardian of all children.

He seems to have been right in insisting that competence would increasingly replace privilege as a dominant societal ethic of twentieth century.

How Successful Was Wells?

According to a detailed tabulation by the author almost 80% of Wells's Anticipations predictions were right or partly right, with about 60% being extremely accurate.

Perhaps the most glaring oversight in Anticipations is that it reads as if the Victorian roles assigned to women-homemaker and companion-were the only roles possible. That there would be about as many women in the modern workplace as men apparently did not occur to him.

Wells also failed to comment on the possibility of Islam and other world faiths having a significant effect on twentieth-century history.

Additionally, Wells also did not foresee many of the most important technical developments of the twentieth century in Anticipations. His later works, however, forecast many of these missing twentieth-century advances well before they became reality.

From the various societal and technical omissions and mistakes cited, one can conclude that Wells was still far from achieving a true "history-in-advance" of the twentieth century. What he did accomplish must nonetheless be judged to be an amazing achievement, and one that begs for further investigation as to how he managed it.

martes, 8 de septiembre de 2009

H. G. Wells, sus opiniones políticas

En septiembre de 1884, Wells se matriculó en al Escuela Normal, donde estudió durante un curso con T. H. Huxley. Estudió bien al principio para finalizar el curso de 1887 sin graduarse. La causa, o al menos una de las causas, de su fracaso universitario fue sus inicios en el periodismo amateur. Wells fundó y editó el Periódico de la Escuela de Ciencias durante el curso 1886-1887, y se vió involucrado en la política socialista londinense a través de su participación en la Sociedad de Debate y participando en debates abiertos de la Sociedad Fabiana (Fabian Society) y los encuentros nocturnos en en la Kelmscott House de William Morris. Allí, Wells escuchó a Morris, George Bernard Shaw, Graham Wallas y a un "grupito de extranjeros, que discutían con pasión, y con una tendencia a alargar sus intervenciones, en lo que ellos consideraban era la lengua inglesa" (Experiment in Autobiography 193).

La primera declaración pública de Wells sobre sus ideas políticas se produjo en la reunión de una Sociedad de Debate el 15 de octubre de 1886, donde presentó un documento titulado "Socialismo Democrático". Para Wells, el socialismo significa "una causa común de los hombres con el propósito de la felicidad mutua" ("Normal School of Science and Royal School of Mines Debating Society" 23), y esta causa común se lograría a través "de la fusión del individuo con el Estado" (qtd. in "Normal School" 24). En la práctica, Wells sugirió que "los estados producen y los individuos consumen" y así "el supremo gobierno del país sería el Consejo de los directores jefe de los departamentos ministeriales relacionados con la actividad: Producción, Distribución y Defensa ("Normal School" 24). Wells concluyó su ponencia afirmando

Cita:Sólo he pretendido mostrame a favor de un acuerdo social más equitativo, lo que implica un gran aumento en el nivel de vida de la mayoría y una pequeña disminución de las clases superiores (qtd. in "Normal School" 24).


A pesar de que Wells no describió en dicha ocasión lo que él entendía como "clases superiores", su significado se aclaró el 11 de enero de 1889, cuando se dirigió de nuevo a la Sociedad de Debate con el tema del socialismo. Wells empezó esta segunda intervención declarando que la abolición de la "herencia y la propiedad" fue "el único objetivo de la nueva y progresista órden de los Socialistas". Entonces anunció que "El marxismo socialista ... es algo nuevo basado en el Darvinismo, y por eso algo totalmente diferente" del socialismo utópico de principios del siglo XIX ("Mr H. G. Wells on Socialism" 153). Al definir lo que él pensaba que el marxismo representaba, se salió fuera y se volvió contra el Fabianismo, y mientras el "socialismo científico aspira a la igualdad de las oportunidades ... el acientífico socialismo fabiano aspira a la igualdad de las condiciones" (Mr H. G. Wells on Socialism, 153; vista restringida en inglés aquí).

Resumiendo, el socialismo inicial de Wells pretendía simplemente la abolición de las barreras de clase. Él deseaba la libre competencia entre individuos independientemente de su origen social. El papel del Estado en semejante sociedad debía ser regular los medios de "Producción, Distribución y Defensa para establecer una competencia meritocrática". Como un darvinista que aceptó la teoría maltusiana de la población, Wells rechazó el control de la natalidad". Wells creía que la competencia biológica dentro de una sociedad meritocrática elevaría la fuerza de la misma y eliminaría la incompetencia. Al abogar por la eliminación de la propiedad privada y la herencia, Wells pretendía asegurar que su eliminación no sólo beneficiara a los pobres sino además condenara a los inadaptados hijos de los ricos.

Después de 1899, los intereses políticos de Wells hibernaron durante algunos años mientras él se labró una carrera para si como educador y escritor. En julio de 1887, tras su salida de la Escuela Normal, tomó posesión del cargo de maestro de escuela en la Holt Academy, al norte de Gales, pero después de un mes fue obligado a renunciar tras un accidente futbolístico de importancia en el que sufrió un fuerte golpe en el riñón. Durante de una larga covalescencia en la que ganó un ingreso ocasional dibujando diagramas biológicos y geológicos para el Instituto Birkbeck, Wells volvió a la docencia. Fue profesor asistente en Henley House School, Kilburn, en mayo de 1899. Al año siguiente, completó su licenciatura en Ciencias por correspondencia en la Universidad de Londres e inmediatamente fue profesor particular y enseñaba a estudiantes para la licenciatura de ciencias de la misma Universidad de Londres.

Tan pronto H. G. Wells se estableció como profesor, empezó a publicar regularmente artículos periodísticos desde 1891. Publicó relatos de entretenimiento, gran número de ensayos de ciencia popular y numerosos artículos sobre teoría de la educación. Su avance más importante ocurrió con la publicación de "The Rediscovery of the Unique" (1891) en la Revista Fartnightly, un ensayo que estableció su creencia en la unicidad de todas las cosas (desde átomos hasta balas, desde sillas hasta personas), y su rechazo a la clasificación como un acercamiento científico. Esta posición impactó significativamente en el pensamiento político de Wells al rechazar la noción de guerra de clases y al mostrarse a favor del poder de la educación y la provisión de la igualdad de oportunidades como métodos para la liberación de los explotados y los reprimidos.

Wells permaneció en la University Tutorial College hasta mayo de 1893 cuando una posterior caída en su salud le obligó a abandonar la enseñanza. Fue en aquella época cuando obtenía un ingreso regular, pero no lo suficiente como para mantenerse a él mismo y a su esposa Isabel Mary Wells (1865-1931), con quién se había casado en octubre de 1891. Sin embargo, su alejamiento de las aulas de enseñanza le permitió concentrarse en la escritura, y desde 1894 se convirtió en un prolífico escritor de historias cortas y un "contribuyente" líder de la Pall Mall Gazette y su publicación hermana, el Pall Mall Budget. Durante los años siguientes Wells obtuvo ingresos regulares procedentes del periodismo, convirtiéndose en crítico teatral para la Pall Mall Gazette y un crítico literario para la Saturday Review. Con un ingreso regular y suficiente, Wells se centró en obras más largas e hizo su irrupción como novelista en 1895 cuando publicó La máquina del Tiempo con gran éxito de crítica.

Su éxito literario coincidió con la ruptura de su matrimonio, y en 1895 Wells se divorció de Isabel y se casó con su antigua estudiante Amy Catherine (Jane) Robins (1872-1927). A pesar de que Wells se convirtió en un galán, produciendo dos hijos ilegítimos [con Amber Reeves (Anna Jane Kinnaird nee Blanco-White, 1909) y Rebecca West (Anthony Panther West, 1914-1987)], su segundo matrimonio duró hasta la muerte de Jane y produjo dos hijos, George Philip (1901-1985) y Frank Richard (1903-1982). En total tuvo 4 hijos conocidos.

Después de la publicación de The Time Machine, la fortuna literaria de Wells cambió para siempre. A pesar de que continuó sufriendo serios problemas de salud hasta 1899, se volvió un hombre rico mediante la publicación, en años sucesivos, de La isla del Doctor Moreau (1896), El hombre invisible (1897), y La Guerra de los mundos (1898). A pesar de que La máquina del tiempo retrata una visión fantástica de las relaciones sociales al final de la época victoriana proyectada adelante hasta el año 802,701, (con la clase trabajadora, los Morlock canibalizando la clase superior, los Eloi) y a pesar de que When the sleeper wakes (1899) cuenta la historia de un comatoso socialista despertando en una oligarquía sin reglas en el año 2100 antes de intentar liderar una revolución contra el tirano, Ostrog, Well no entrará en la arena política hasta el siglo XX.

Desde 1902, Wells publicó una serie de trabajos sociológicos que trataban sobre las relaciones internacionales, clases sociales, educación y la reproducción. Estos eran "Predicciones de la Reacción del Progreso Científico y Mecánico en la Vida y Pensamiento Humanos" [Anticipations of the Reaction of Mechanical and Scientific Progress upon Human Life and Thought (1903) para descargarlo o leerlo online en inglés, y un resumen en inglés], Mankind in the Making (1903) y Una Utopía Moderna [A Modern Utopia (1905); para leerlo en inglés, un resumen en inglés en Wikipedia]. Los primeros intentos de Wells de especulaciones futurológicas fueron en sus "Predicciones". Wells predice la aparición de bloques de poder transnacionales, una "Europa Federal" que se transformaría hacia una "Nueva República que dominaría el mundo". Wells también predijo la eliminación de "los ricos pasivos" y de los "campesinos y trabajadores analfabetos" a través del crecimiento de una nueva clase tecnocrática de "mecánicos e ingenieros". En su deseo de eliminar los tipos ineficientes a la sociedad, Wells extremó al máximo su celo eugenésico y elogió a "la nación que más educa, esteriliza o exporta a su Gente del Abismo" (Predicciones 212). Aunque sus ideas eugenésicas persistieron hasta la décadas de los 30 y los 40, "H. G. Wells's Eugenic Thinking of the 1930s and 1940s", Wells inmediatamente atemperó sus aspectos más duros de ellas. Lo hizo escribiendo Mankind in the Making (1903), ridiculizando el programa eugénico de Francis Galton en favor de las políticas educativas y presentando un Estado Mundial altamente regulado en Una Utopía Moderna (1905), donde las opciones eugenésicas se ofrecen a las parejas considerando el matrimonio pero sin recurrir a la coacción (Partington, "The Death of the Static: H. G. Wells and the Kinetic Utopia"). En un debate sobre eugenesia patrocinado por la Sociological Society en 1904, Wells respondió a las propuestas de Galton para la promoción entre "jueces, obispos y otras personas eminentes" (Wells, "Eugenics: Its Definition, Scope and Aims" 10) considerándolas ridículas. Wells afirmó que "es en la esterilización de los fallidos y no en la selección de de los mejores que existe la posibilidad de mejora de los valores humanos(Partington, "The Death of the Static: H. G. Wells and the Kinetic Utopia" 11)". Sin embargo, Wells sintió que la definición biológica de "fallido" era inadecuada en aquel momento (Mankind 40). En Mankind in the Making, Wells mostró la educación como el mejor método para mejorar la calidad de la raza humana, aunque también favoreció el pago del Estado a la madres en Una Utopía Moderna, como veremos más adelante. El pensamiento eugenésico de Wells, en vez de apoyar la superviviencia del más apto, estaba más en la línea de apoyar a cuanta más gente mejor para ayudarles a sobrevivir.

NOTA: Como H. G. Wells se manifestó a favor de algún tipo de eugenesia, tengo que aclarar un poco que se entiende por esta palabra. A finales del XIX y principios del XX, estaba de moda la eugenesia. Científicos o pseudocientíficos progararon la eugenesia, que incluso tuvo repercusión legal en algunos países, como Estados Unidos, la Alemania nazi, la Argentina y Brasil. En Argentina y Brasil se promovió la inmigración blanca. En EEUU se llegó a esterilizar a los que se consideraban débiles mentales. En Alemania se hizo lo propio con gitanos, testigos de Jehová, homosexuales y judíos. También se estirilizaron a unos 400.000 no aptos entre 1934 y 1937. Los nazis fueron más allá cuando mataron a decenas de miles de inválidos oficiales mediante programas obligatorios de eutanasia. Además de la eliminación de los no aptos, los nazis promovieron la reproducción de los más aptos o políticas eugenésicas positivas. Muchas mujeres solteras «racialmente puras» eran fecundadas por oficiales de las SS.

En EEUU, varios estados (comenzando con Connecticut en 1896) muchos estados aprobaron leyes que prohibian a cualquiera a "casarse con cualquiera que fuese epileptico, imbecil o débil mental". En EEUU se adoptó la Ley de inmigración Johnson-Reed que limitaba la inmigración de personas procedentes del este y del sur de Europa. La Corte Suprema de los EEUU sentenció en el caso Buck contra Bell de 1927 que el Estado de Virginía podría esterilizar a los no aptos. La época más importante de la esterilización eugenésica fue entre 1927 y 1963, llegándose a esterilizar a 64.000 personas. Durante el juicio de Nuremberg, los jerarcas nazis adujeron que ellos aplicaron las mismas leyes y procedimientos que se aplicaban antes en EEUU. Hitler llegó al poder en Alemania en 1933, es decir, cuando EEUU ya había iniciado su polírica eugenésica.

Otros países que en algún momento de su historia adoptaron políticas eugenésicas, bien sean positivas o negativas, fueron, además de los ya citados, Australia, Canadá, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Francia y Suiza.

Con las técnicas médicas modernas, dos países han adoptado medidas eugenésicas pre natales. Chipre ha reducido el porcentaje de niños nacidos con talasemia de 1 cada 158 a prácticamente cero. En Israel se puede aplicar a la embarazada una prueba de la enfermedad Tay-Sachs, y si resulta positiva, se puede realizar el aborto.

También hubo quién propuso abandonar a los no aptos en la calle a su suerte.

En la literatura, la novela Un mundo feliz, de Aldous Huxley, plantea un mundo donde la eugenesia está totalmente implantada.

Cuando se afianzó la creencia de que le eugenesia tenía una base científica, en realidad se confundió la verdadera causa con otra causa inexistente. La explicación de que bastantes personas de las clases más pobres tengan un menor inteligencia tiene que ver más con la insuficiente y deficiente alimentación durante la niñez, etapa durante la cual se desarrolla el 90% del cerebro, que con causas genéticas.


Sus predicciones recibieron una tremenda acogida y llevaron a la consideración de Wells como un serio pensador político. El resultado más significativo de sus declaraciones futurológicas fue una invitación para participar en el Co-efficients Club, un grupo iniciado por Beatrice [1 y 2] y Sidney Webb, que "se reunía una vez al mes durante todo el período parlamentario entre 1902 y 1908 para debatir el futuro de este Imperio nuestro desconcertante, prometedor y frustrante (Experimento en autobiografía 650-651). Entre los participantes estaban Sir Edward Grey (aristócrata y político), Lord Milner (aristrócrata y político), L. S. Amery (periodista y político), R. B. S. Haldane (científico, marxista y comunista, que participó en el bando republicano en la guerra civil española), Lord Robert Cecil (abogado, político, diplomático y uno de los creadores de la Liga de Naciones), C. F. G. Masterman (político y periodista), and Bertrand Russell (filósofo, matemático y escritor). De acuerdo con Russell: "Todos los miembros excepto Wells y yo mismo eran imperialistas y miraban al futuro sin mucha aprensión al considerar una posible guerra con Alemania... Las cosas llegaron a un punto crítico cuando Sir Edward Grey, entonces en la oposición, abogó por lo que más tarde fue la política de entente con Francia y Rusia, la cual fue adoptada por el gobierno conservador dos años más tarde, y fue aplicada por Sir Eduard Grey cuando se convirtió en Secretario de Estado. Yo hablé vehementemente contra esa política, que sentía conducía a la guerra mundial, pero nadie excepto Wells estuvo de acuerdo conmigo" (Russell 77).

NOTA: en los años previos a la PGM, se formaron dos bloques de paises:

  1. La triple Entente, formada por Gran Bretaña, Rusia y Francia.
  2. La triple Alianza, formada por Alemania, el imperio austro-húngaro e Italia.


Esta política de formar bloques antagónicos fue lo que llevó a la Primera Guerra Mundial. Russell y Wells se oponían a que Gran Gretaña entrara a formar parte de uno de esos dos bloques antagónicos.


Wells también se opuso al Empire Free Trade Crusade al asegurar que "El Imperio Británico ... debería ser el precursor de un estado mundial o nada"(Experiment 652). NOTA: el Empire Free Trade Crusade fue un partido político que proponía un bloque de libre intercambio comercial entre los países que componían el Imperio Británico. De alguna manera y durante algunos años, esta aspiración de este partido político se materializaría en 1931 con una mayor integración económica de los países que integraban la Commonwealth, ya que estos países se aplicaban entre si tarifas arancelarias menores que las que aplicaban a países externos.

Su conocimiento de los principales pensadores políticos, facilitado por los encuentros del Co-efficients Club, incrementó la confianza en Wells como una figura pública, y cuando en 1903 presentaron su candidatura para la Fabian Society, Wells aceptó con gusto. La Sociedad Fabiana había sido creada en 1884 como un foro para los socialistas de clase media con el objetivo de alcanzar el socialismo a través de la persuasión, como opuesto a los más revolucionarios y populistas métodos de la Social Democratic Federation [SDF] (Federación Socialista Democrática) y la Socialist League (Liga Socialista). La Sociedad Fabiana abogó por la "inevitabilidad del gradualismo" y la "permeabilidad" de los partidos políticos existentes como el camino para alcanzar el socialismo. La Sociedad fue prolífica en producir pafletos y libros (incluido el influyente Ensayo Fabiano para el Socialismo (Fabian Essays in Socialism) [George Bernard Shaw] y en enviar oradores a los mitines públicos. Sin embargo, su composición fue deliberadamente restringida a los profesionales con éxito y a los empleados públicos. Su estrategia fue la de constituirse en una vanguardia influyente más que en una organización popular. Esto influiría en los tomadores de decisiones a través de la red social y convertiría al público a su modelo de municipalización del socialismo a través de discursos y publicaciones baratas. Al unirse a los fabianos, Wells no podía hacer nada bien. Durante su primer año de pertenencia, él presentó un documento titulado "The Question of Scientific Administrative Areas in Relation to Municipal Undertakings," [El tema de las Áreas Científicas Administrativas en relación a las Empresas Municipales] y si bien fue concebido como un discurso práctico sobre reorganización municipal, en realidad contenía un claro ataque a la política de municipalización de la Sociedad fabiana. Wells empezó su discurso señalando su socialismo moderado. Wells afirma que su "repudio a la propiedad afecta sólo a los intereses comunes de la comunidad, la tierra que ocupa, los servicios en que la sociedad está interesada, el mínimo necesario de educación y la interacción sanitaria y económica de una pesona o grupo familiar sobre otro" (Mankind in the Making 400). En resumen, busca "garantizar la igualdad de oportunidades y la libertad para un desarrollo individual completo de todos los ciudadanos" (Mankind 400). Luego, dirigiéndose a la administración del gobierno local, Wells argumenta que la mayoría de las corporaciones locales son patéticamente pequeñas y sugirió que Gran Bretaña debería regionalizarse en base a las distancias cercanas. "Una propiedad privada regulada- por ejemplo, una compañía privada con sus cuentas publicadas, impuestos sobre los dividendos, con un representante público en su Consejo de Administración y con poderes del Parlamento- sería un servicio público infinitamente más honesto, eficiente y controlable por el Parlamento que el elegido por una junta de gobernadores u oficiales" (Mankind 402).

Este ataque a la polìtica de municipalización fabiana fue generosamente bien recibida por los oyentes de Wells. Incluso fue publicada en los folletos The New Heptarchy Series de la Sociedad fabiana (1905-1906). Sin embargo, la inclinación de Wells para la crítica de la Sociedad quedó establecida desde el principio. En el siguiente discurso importante en la Sociedad Fabiana títulado "Los fallos de la Sociedad Fabiana" ("Faults of the Fabian") realizado el 9 de febrero de 1906, sus oyentes fabianos fueron menos tolerantes a sus críticas. Tras iniciar su discurso declarando que el mundo está preparado para el socialismo, Well sigue afirmando que la Sociedad Fabiana es una organización elitista y pide que se abra a otras clases sociales. "Nosotros somos, según sostengo, una organización extraordinariamente debil e inadecuada en medio de un mundo que está lleno de posibilidades no desarrolladas de apoyo y ayuda para la causa que profesamos" (Faults of the Fabian 391). Después de reconocer el trabajo hecho por los grupos socialistas como Socialist Democratic Federation y el Independent Labour Party en las ciudades industriales del norte de Inglaterra, Escocia y Gales, Wells señala que "nos queda un enorme campo todavía virgen, en el que no sólo prodríamos trabajar, pero en el que yo sostengo que podríamos trabajar más enérgicamente ahora, y es el campo de la propaganda entre las clases educadas y las clases medias... esa gran masa está necesitada de educación para el socialismo, y no estamos haciendo practicamente nada, excepto algunos esfuerzos aislados, un libro aquí, un discurso allí de vez en cuando, nadie parece hacer nada en esta dirección" (Faults of the Fabian 392). Finalmente Wells pide a la Sociedad fabiana que ponga fin a su exclusividad y se convierta en un movimiento de masas:

Cita:"Haz socialistas y obtendrás el socialismo; no hay otra manera. El socialismo democrático es el único socialismo posible, sano y vivo. El único estado socialista posible es un estado que se entiende, es apoyado, que es vivido con ganas y con alegría, al lado de la gran masa del pueblo. ¿Es posible alcanzar instituciones realmente socialistas de una manera insidiosa? ¡Debemos tener el cuerpo del socialismo sin su espíritu, debemos ganar nuestra utopía sin trabajo y esfuerzo y contemplarlo nacido muerto! (Faults of the Fabian 401)".


En el plazo de un año, según Wells cree, la sociedad puede reunir 10.000 miembros si aumenta su junta directiva, facilita el acceso a los nuevos miembros, insta a los miembros más jóvenes y entusiastas a volverse más involucrados e incrementa el número de publicaciones. Como modelo de esta última sugerencia, Wells regaló a la Sociedad Fabiana su Misery of Boots, su único panfleto fabiano, que se convirtió en un éxito editorial, fue traducido a varios idiomas, y fue continuamente impreso hasta los años 20. "Encontrarás socialistas por todas partes ... que te asegurarán que algunos pequeños y extraños trabajos sobre el suministro de gas y agua municipal es Socialismo, y una mediación entre Conservadores y Liberales el camino hacia el milenio. ¡Es lo mismo que llamar a un chorro de gas en el vestíbulo de una casa, la gloria de Dios en el cielo! [Faults of the Fabian 13]).

"Faults on the Fabian" fue considerado un desafío directo a "la vieja guardia" de la Sociedad fabiana (Shaw, Sidney Webb, Hubert Bland, and Edward Pease). Sin embargo, en respuesta el ejecutivo estableció un comité especial para investigar las sugerencias de Wells y para que reportara sus hallazgos. Como autor de la respuesta de cambio, le fue permitido a Wells seleccionar el comité, y "fue compuesto por el Reverendo Stewart Headlam, Mrs. Bernard Shaw (Charlotte Payne-Townshend), and G. R. S. Taylor of the Executive; Dr Stanton Coit, W. A. Colegate, Dr Haden Guest, Sydney Olivier, Mrs Pember Reeves (padre de su amante, Amber Reeves), H. G. Wells, and Mrs Wells. Después de 8 meses, el Comité especial reportó en octubre de 1906. Recomendó la publicación de más libros y folletos, el establecimiento de sucursales de la sociedad por todo el país, una contribución mínima fija, una nueva constitución y proponer candidatos "en armonía con otros partidos políticos socialistas y laboristas" y la adopción del nombre "Partido Socialista Británico", "British Socialist Party". El Comité también recomendó ampliar el número de miembros del Comité Ejecutivo de la Sociedad y la creación de subcomités para Publicaciones, Propaganda y Propósitos Generales. En respuesta a este informe de la Comisión, el Ejecutivo también realizó su propio informe. Este último informe apoyó el aumento del número de miembros del Ejecutivo, se mostró de acuerdo en la abolición de ciertas restricciones para acceder a la condición de miembro y apoyó la publicación de un periódico semanal. Los dos informes fueron enviados a los miembros de la Sociedad, y se celebraron una serie de encuentros para discutirlos, que se celebraron entre el 8 de marzo y el 14 de junio de 1907. En la primera de esas reuniones, George Bernard Shaw propuso aceptar el informe del Ejecutivo, pero Wells, en lugar de aceptar esa moción proponiendo la adopción del informe del Comité Especial, propuso enmendar el informe del ejecutivo, llamando al Ejecutivo para que dimitiera para celebrar elecciones a un Ejecutivo más grande. Este nuevo Ejecutivo debía implementar el Informe del Comité Especial. Según Pease, la enmienda planteó la siguiente cuestión: "¿La Sociedad debía ser controlada por aquellos que la crearon o debía ser manejada por Mr. Wells?" (Faults of the Fabian 173), y "Wells fue entregado en las manos de sus más experimentados exponentes al desafiar a la Sociedad a deshacerse de ellos y a que entrara una nueva generación bajo su guía" (174). Se suspendió la sesión para considerar la enmienda de Wells, y en el encuentro final, Shaw dijo a Wells que su enmienda equivalía a "una moción de falta de confianza" en el Ejecutivo. Shaw le requirió que retirara la enmienda para permitir que el Informe del Comité Especial fuera reconsiderado punto por punto (Faults of the Fabian 174). Los puntos de la enmienda parecían, así vistos, poco razonables, así que Wells se mostró de acuerdo con retirar la enmienda, y su desafío a los líderes de la Sociedad finalizaron, aunque posteriormente Wells sirvió en el Ejecutivo de la Fabiana.

Aunque Wells no tuvo éxito en desalojar la "vieja guardia" Fabiana, sus esfuerzos en convertir a la Sociedad en una organización socialista más popular fructificaron en algunos cambios positivos. Más importante, la combinación de su personalidad y la conmoción que causó Wells en la Sociedad hizo que sus miembros se elevaran desde alrededor de 500 en 1905 hasta 1267 en marzo de 1907 (incluyendo 90 nuevos miembros en ese mes sólamente) (Pease 173). Este creciente números de miembros incluso permitió el establecimiento de sucursales en todo el país, especialmente en las Universidades. Wells incluso se las arregló para que las Bases de la Sociedad fueran reescritas de tal modo que incluyeran "igualdad de pertenencia para hombres y mujeres" (Faults of the Fabian 177). El Ejecutivo ampliado, elegido en abril de 1907, tenía un mayor equilibrio, con 12 miembros de la "vieja guardia" y 8 miembros welsianos. El mismo Wells fue cuarto en las elecciones, detrás de Sidney Webb, Pease y Shaw. Al año siguiente, Wells fue elegido en sexto lugar y se incorporó al Ejecutivo junto a su esposa (quién fue miembro hasta 1910). Al mismo tiempo en que Wells se vió envuelto en la batalla por la reforma de la Sociedad Fabiana, inavertidamente se vió envuelto en un debate sobre el matrimonio y la familia que dañó su reputación literaria y amenazó con empañar, por asociación, el buen nombre del Fabianismo. En 1906, Wells publicó una novela de fantasía, En los días del cometa. en el que un mundo en una guerra internacional y al borde de un conflicto industrial es transformado por los vapores de un cometa que se estrella contra la Tierra. De esta transformación sale una nueva sociedad basada en la mutua cooperación y la paz global. Dentro de este panorama general, el personaje principal, Leadford, es también transformado. Deshecha su intención de cometer un crimen pasional con su novia y su nuevo novio, Verral, y en lugar de ello, acuerda vivir un menage a quatres con ellos y su nuevo amor, Anne. La conclusión de la novela causó indignación, y "Wells se encontró a si mismo denunciado por la prensa y los púlpitos como un abogado de la promiscuidad (Mackenzie & Mackenzie 334) y de "compartir esposas en común" (Socialism and the Family 56-57). Los líderes fabianos, especialmente los Webbs, por la mala publicidad que el socialismo fabiano estaba recibiendo, condenaron en privado la moral relajada de Wells. A fin de contener la situación y ofrecer una imagen clara de la actitud socialista con respecto al matrimonio y la familia, Wells publicó ElSocialismo y la familia (Socialism and the Family) en el cual "refutó la acusación de que el socialismo tiene tendencia al amor libre y estableció completamente la actitud real del socialismo moderno con respecto a la vida familiar" (portada de Socialismo).

Wells comenzó el panfleto con una crítica a la familia burguesa, especialmente al poder del marido y del padre: "Hoy en día en nuestra propia comunidad, pesa todas las mitigaciones y eufemismos, la propiedad del cabeza de familia todavía es un hecho manifiesto. Él vota. Él protege y cuida. Él determina la educación y la profesión de sus hijos. Él tiene el derecho a un consuelo monetario de cualquier infracción de sus derechos sobre su esposa e hija (Socialism and the Family 28-29)." The acuerdo con Wells, la potestad paternal es tal que "Las chicas educadas no se resignan a la pérdida de libertad en el matrimonio, la mujer casada educada también se da cuenta de la pérdida del ámbito de libertad que el matrimonio supone" (Socialism and the Family 36), al tiempo que "la tasa de natalidad cae y cae". "La familia declina en su objetivo principal" (Socialism and the Family 51). Opuesto a esta realidad, Wells afirma que "la posición socialista es el rechazo a la propiedad de seres humanos; ... mujeres y niños ... El Socialismo además propone al abolición de la familia patriarcal ... y la elevación de la mujer a un plano de plena ciudadanía equivalente a la del hombre" (Socialism and the Family 56). En términos prácticos, esta propuesta significa eliminar los poderes legales del marido en la familia, dándole un estatus regulatorio, y hacer de la madre la cabeza del hogar. "El Estado pagará por los hijos nacidos legítimamente en el matrimonio. Una mujer, con una descendencia sana y bien educada recibirá un salario del Estado, y durante el tiempo que todo funcione correctamente. Este será su propio salario. Bajo la dirección estatal ella controlará la educación de sus hijos" (Socialism and the Family 58-59). En su artículo "La dotación de la maternidad" publicado el 22 de junio de 1910 en el Daily Mail, Wells cambió su énfasis en su propuesta política- sin duda, como resultado de su ruptura con el Fabianimso- al sugerir que "La gente de clase excelente que gastan más de cien libras al año en cada hijo debería obtener más del Estado, y la gente que gasta cinco chelines a la semana por cabeza debería obtener más o menos esa cantidad" (An Englishman Looks at the World 232).

En "Socialismo y la familia", Wells no fue explícito sobre las sanciones que el Estado debería tomar contra aquellos padres cuando no cuiden adecuadamente de sus hijos, pero cierta clase de castigo piensa que deberían tomarse cuando escribe que "el socialismo deniega totalmente el derecho de cualquiera a procrear sus hijos sin cuidado y en promiscuidad, y para la prevención de enfermedades y malos partos, los socialistas deben estar preparados para insistir en la inteligencia y el autocontrol mucho más allá de la práctica actual" (Socialism and the Family 58). También insistió en algunas características de los futuros padres: deben tener un cierto mínimo de eficiencia personal, deben ser solventes, independientes, por encima de una edad mínima, un mínimo de desarrollo físico y deben estar libres de cualquier enfermedad transmisible (Socialism and the Family 184). Si un padre o madre no reune estas características...

Cita:...nosotros, por el bien de la humanidad, debemos hacernos cargo de la víctima inocente de sus pasiones, pero vamos a insistir en que se encuentra en deuda con el Estado de algún tipo de urgencia, y el padre seguramente va a pagar, incluso se le retendrá sus ingresos para obtener el pago de la deuda. Es una deuda que, en último caso, perderá su libertad como medida de seguridad, y, si además, esto ocurre por segunda vez, o si es enfermedad o imbecilidad, vamos a tomar una garantía efectiva de que ni usted ni su pareja ofende de nuevo en este tema (184).


En resumen, a cambio de nuevos derechos y la prestación social para las madres, se exigirían algunas responsabilidades, y las sanciones serían ejercidas cuando dichas responsabilidades no se cumplan. Mientras la paternidad sería extrictamente regulada, Wells hizo hincapié en que, mientras no hayan niños involucrados, "la moral privada de los ciudadanos adultos no atañen al Estado" (Socialism and the Family 205) y "El amplio rango de las relaciones humanas posibles, dentro o fuera del ámbito del matrimonio, son enteramente un asunto de elección individual e imaginación" (Socialism and the Family 206).

Wells promovió su dotación de recursos de su sistema de maternidad durante todo el período eduardiano, especialmente en su novela de 1911, Los Nuevos Maquiavellos (The New Machiavelli), en la cual los Webbs son perversamente satirizados como los Baileys. Sin embargo, Wells fracasó en su esfuerzo por "modificar la base fabiana para trabajar en un sistema de subsidios para hacer a las madres independientes" (Mackenzie y Mackenzie, 350), y utilizó esta derrota a manos de la vieja guardia como una excusa para abandonar la Sociedad Fabiana en septiembre de 1908: "Un régimen que se propone dejar a la madre y al hijo economicamente dependiente del padre, para mi, no es socialismo en absoluto, sino una pervsersión miserable del socialismo" (Correspondencia 2: 224).

En junio de 1907, cuando su campaña para radicalizar la Fabian Society y modificar sus Bases empezó a agotarse, Well se vió involucrado en otra controversia pública tras un artículo que él publicó en la Nueva Era (New Age) titulado "El movimiento socialista y los partidos políticos socialistas". En este artículo, Wells se opuso a la creación de un partido socialista arguyendo que el movimiento socialista debe ser "un intento de crear una fuerza de convicción en la sociedad" en lugar de "un intento de utilizar las fuerzas de la comunidad" (Correspondencia 105). Wells quiere socialistas libres de las limitaciones de un partido para trabajar en sus posiciones en todos los aspectos de la vida, defender su causa y convertir al público, especialmente el público de la clase media, para la causa. Aunque "Con respecto a la propiedad y a la organización económica, el Partido Laborista es profundamente socialista" y aunque "si la Sociedad Fabiana no puede mantenerse fuera de la política , la Sociedad Fabiana debería trabajar en cercana cooperación con el Partido Laborista", Wells siente que el socialismo debería tratar con temas más allá del económico, y dado que no hay un consenso socialista en temas morales, como la emancipación de la mujer, la reforma constitucional, el futuro del Imperio, "sería mucho mejor que la Sociedad Fabiana no actuara en absoluto en el terreno político" (105). Sería mucho más rentable para el movimiento si los socialistas emplearan su tiempo en el "desarrollo intelectual libre del Socialismo" (105).

Cita:Sin embargo, la formulación del socialismo es sólo una razón por la que los socialistas deberían permanecer fuera de las limitaciones de las organizaciones de partido. Wells también cree que un partido específicamente socialista resultaría contraproducente a aquellos miembros de las clases medias que simpatizan con los objetivos del socialismo, pero no quieren ir tan lejos como para etiquetarse a sí mismos como socialistas. Esta gente no está preparada para militar en un partido socialista; a pesar de que admiten la verdad de las proposiciones generales socialistas, ellos todavían retienen sus viejas simpatías por su vieja clase o partido, como los Conservadores, los Liberales, o quizás porque ellos piensan que muchas cosas buenas se pueden hacer por los Conservadores o los Liberales (105).


Wells cree que los socialistas deben esforzarse por ganar los corazones y las mentes de los electores indecisos y apoyar los candidatos socialistas sin importar a que partido pertenezcan.

El artículo de Wells provocó una amplia respuesta en las páginas de New Age, incluyendo un inmediato apoyo editorial:

Esta posición welsiana recibió apoyo de gente como Frank Brewster, Clifford Sharp o F. B. Kirkman. La oposición al artículo de Wells también fue evidente, a pesar de que estaba fragmentada en varias posiciones, con Cecil Chesterton, que deseaba un partido socialista para atraer socialistas de todas las clases sociales y cooperar con el Partido Laborista durante las elecciones y en el Parlamento, S. G. Hobson, que ve a Wells como un "permeable" y cree que la diferencia entre él y sus antiguos compañeros fabianos es "no sustancial, sino de terminología" (Hobson, 169), y J. Wild, quien asegura que todos los socialistas deberían apoyar el Partido Laborista.

Aunque durante el tiempo que Wells formó parte de la Sociedad Fabiana esencialmente dedicó su tiempo a criticar a sus colegas, también se esforzó en explicar su versión del socialismo. En marzo de 2008 Wells publicó una exposición global, New World for Old (El nuevo mundo para el viejo), subtitulada A Plain Account of Modern Socialism for the 1909 (Una cuenta normal del socialismo moderno para 1909). El libro se vendió bien. Fue reimprimido cinco veces en los siguientes seis años; fue revisado en 1909 y 1914; y fue calificado como "el más importante y persuasivo camino hacia el socialismo que nunca he visto" (Arnold Bennet). En el estudio Wells analiza la historia del movimiento socialista; elogia a los socialistas utópicos por su demostración de que los esfuerzos humanos deliberados pueden cambiar la sociedad; apoya a Marx en su internacionalización del socialismo y le da una dimensión democrática; y les concede a los fabianos el reconocimiento la necesidad de una administración capaz en una sociedad socialista. Wells cree que los socialistas deben orientar el esfuerzo humano, el espíritu internacional y democrático, y una administración capacitada para orientar la sociedad socialista a través de la regulación y planificación a gran escala. De acuerdo con Wells, socialismo "es la negación de que el impulso y la voluntad individual son los únicos posibles métodos por los cuales la cosas pueden mejorar en el mundo" así que "en lugar de un esfuerzo individual desordenado y cada persona haciendo lo que le plazca, el Socialista quiere esfuerzos organizados y un plan" (New Worlds [1908] 22, 26). Wells fue especialmente agudo para ver la planificación estatal en dos áreas de política pública: la crianza de los niños y el control de la producción y distribución.

En el primer punto, Wells vuelve a su posición expresada en "El sociaslismo y la familia" argumnetando que "la medida del progreso de una generación es la medida en que los niños mejoran en calidad física y mental, en coordinación social y en oportunidades" (New Worlds [1908] 28). Reafirmando su defensa de la dotación de la maternidad y su oposición a la familia patriarcal, Wells insiste en que

Cita:...la patria potestad no puede ser más un asunto privado; de que el bienestar de los niños es un asunto de importancia universal, y debe, por tanto, ser un asunto de interés colectivo. El Estado, que un centenar de años atrás no se ocupaba de los niños, está ahora conviertiéndose cada vez más en su Tutor, su Gran Padrino (New Worlds [1908] 39).


En el último punto, Wells insistió en que la propiedad privada debe ser reconsiderada en una sociedad socialista:

Cita:El socialista sostiene que la comunidad en su conjunto debe ser inalienable del propietario y administrador de la tierra, de las materias primas, de los valores y los recursos acumulados en el pasado, y la propiedad privada debe ser de caracter rescindible, volviendo a la comunidad y sujeta al bienestar general (New Worlds [1908] 88).


Sin embargo, lejos de adoptar una postura proudhoniana, Wells abogó por una nacionalización con compensación, así como conceder más compensaciones a los propietarios expropiados. Así, si bien asegura que "el Estado será el único banquero ... así como el terrateniente universal" y defiende la nacionalización de los ferrocarriles, canales, minas de carbón, "el comercio de la leche, de la bebida, de los mataderos, tráfico local, alumbrado y suministro eléctrico en el ámbito local" y también sugirió que los antiguos propietarios de tierras y capitanes de la industria se beneficiarían de la seguridad del socialismo a través del cambio de estatus de propietarios de las tierras y de las industrias a gerentes estatales (New Worlds [1908] 145, 184).


A pesar del tenor radical del socialismo wellsiano, en New Worlds for Old es principalmente un gradualista. Habiendo sido criticado por lo fabianos por tratar de conseguir el socialismo de una "manera insidiosa", afirma que "la expropiación debe ser un proceso gradual, un proceso de reajuste político y económico, acompañado en cada paso por un proceso de explicación de los motivos" (New Worlds [1908] 163). Wells rechaza la idea de la opinión pública expresada en elecciones parlamentarias, pero cree firmemente en la formación de lo que él denomina "la mente colectiva" (New Worlds [1908] 283), y es en este sentido que siente que su socialismo avanza más que el de sus predecesores. Como "necesitamos discursos libres, debates libres, publicaciones libres tanto como un Estado enteramente socialista", consiguientemente "la educación debe preceder al Estado socialista" (New Worlds [1908] 208, 116). La centralidad de la educación en el compromiso político de Wells aumentó considerablemente a medida que maduró su visión del mundo en el período de interguerras. En New World for Old, Wells identificó su tema de la educación como el punto que más separa a su socialismo del de "la vieja guardia" de los fabianos y de otras variantes. Sin embargo, en las elecciones del 24 de abril de 1908, los socialistas sondearon el apoyo de Wells al candidato liberal, Wiston Churchill y la crítica de Wells al Partido Social Demócrata de Dan Irving y al conservador William Joynson-Hicks, también contribuyeron al deseo de Wells de retirarse de cualquier organización política socialista durante algunos años. El Partido Laborista no presentó ningún candidato, y el que presentó el Partido Socialdemócrata no gustó a nadie, así que Wells recomendó el voto para Churchill, quien ya había ganado el mismo escaño en la misma circunscripción electoral para el Partido Liberal: "No será fácil perdonar la imbecilidad de los socialistas locales de proponer un candidato cuyas posibilidades eran tan ridículamente pequeñas". A pesar de que este era un sentimiento general, de todos modos fue un golpe muy duro para los socialistas leer en el Daily News del 21 de abril una carta abierta de Wells a los electores del noroeste de Cambridge alentandoles a rechazar a Irving y votar a Churchill.

A pesar de que el apoyo de Wells a Churchill, el escritor fue criticado por sus antiguos compañeros socialistas, pero a pesar de ello, no se hizo ningún intento para defender la candidatura de Irving.

Al apoyar a candidato del Partido Liberal Winston Churchill, Wells puso en práctica los argumentos que escribió el año anterior en su artículo "El movimiento socialista y los partidos socialistas" "The Socialist Movement and Socialist Parties" y, como Sturt, abogó por un socialismo pragmático, el de apoyar al candidato más progresista, sin importar el partido al que pertenezca, al tiempo que propagaba una "declaración franca y abierta de nuestra fe socialista". Al fracasar en las elecciones del noroeste de Manchester [Winston Churchill perdió esas elecciones - Enlace], al no conseguir el liderazgo de la Sociedad Fabiana, de reformar sus bases y de fracasar en persuadir a la Sociedad de que aprobaran su Fondo para la Maternidad, finalmente renunció a seguir en el Ejecutivo de la Sociedad Fabiana en septiembre de 1908, y se retiró de la actividad política organizada, aunque no estaba completamente mudo en temas políticos. Continuó abogando por su "Fondo para la Maternidad" hasta 1914 y se declaró a favor de la representación proporcional en 1912 (An Englishman 229-234, 53). Más importante fue, sin enbargo, la publicación de una serie de artículos bajo el título "La conflictividad laboral", en los que ofreció un análisis de los conflictos laborales de 1911-1912.

"En 1910 la tasa de desempleo era la mayor desde 1886 y todavía estaba creciendo, mientras que el poder de compra de la libra había caído alrededor de un cuarto desde 1895 y todavía cayendo" (An Englishman 93). Estos hechos, junto a la voluntad del gobierno liberal de usar las tropas para romper las huelgas, llevó a la clase trabajadora a apoyar las huelgas como un arma política, el incremento de la influencia del sindicalismo y la rápida creación de sindicatos generales junto al uso de huelgas por afinidad o apoyo a las primeras. La primera prueba de agitación nacional ocurrió durante 1911 cuando la recién creado Federación de Trabajadores del Transporte (Transport Workers' Federation) acudió en apoyo a la huelga de los trabajadores del Puerto de Londres que rápidamente escaló en una huelga nacional y llevó a los principales puertos del país y a su red de ferrocarriles a un punto muerto. Pronto se sumó a la huelga la Federación de Mineros (Miners' Federation of Great Britain) el 1 de marzo de 1912, con sus millones de afiliados, y se convirtió en la huelga más larga jamás realizada en el Reino Unido. Debido a la inminente paralización del país por la falta de carbón, el gobierno liberal en el cual Churchill era ministro, aprobó rápidamente la Ley de Salarios de la Minería, que estableció un salario mínimo para los mineros. Pensando que el espítitu de las relaciones industriales había cambiado para siempre, Wells publicó "La conflictividad laboral", (The Laboour Unrest, artículo que después formó parte del libro An Englishman Looks at the World), en el periódico conservador de clase media, en un intento de identificar a sus lectores las causas generales de las disputas industriales y sugerir soluciones generales a los antagonismos de clase que claramente habían emergido en los dos años previos.

Wells comienza su "El conflicto laboral" con este aviso: "Puede que estemos en la fase inicial de una guerra de clases real e irreparable" (Publicado en el libro An Englishman 43).

El párrafo completo es:Nuestro país está, según creo, en un peligroso estado de tumultos. Los descontentos de las masas laborales de la comunidad están aumentando y profundizando en su malestar. Puede que estemos en la fase inicial de una guerra de clases real e irreparable. Fuente.


Mientras que las primeras generaciones de trabajadores tomaron acciones "para definir los incrementos salariales o limitar la jornada laboral", las nuevas generaciones "están empezando a hacer huelgas por fines sin precedentes, en contra del sistema, huelgas cuyos fines no estan definidos en absoluto" (An Englishman Looks at the World 43-44). Según Wells, esto se debe a "la educacion elemental, una prensa muy barata y a un período de gran prosperidad general" (An Englishman Looks at the World 62), así como "la tendencia de los periódicos, teatro, cinematografía, etc... para llenar las mentes [de los trabajadores] con ideas de una vida infinitamente más agradable que la suya propia" (56).

Este contraste entre las diferentes experiencias de clase, según Wells, acaba en una "desconfianza del trabajador tan profunda que deja de creer en la ley, en el Parlamento". Esta desconfianza "es la influencia más desmoralizadora" que ha sido la causa que ha provocado "una huelga, que las tácticas represivas convertirán en una huelga criminal". Si la situación continúa sin resolverse, entonces "se convertirá en una revolución". Si aplastas la esperanza, surgirá el sabotaje y una simpatía general por el crimen anarquista"(An Englishman Looks at the World 45-46, 55). Para prevenir desórdenes sociales, Wells propone una serie de medidas socio políticas para mejorar las relaciones de clase, y en última instancia, abolir la clase trabajadora.

El primer cambio que Wells desea ver es en la relación entre la clase trabajadora y la clase gobernante. La clase gobernante debe reconocer su responsabilidad de traer la paz social, y este reconocimiento significa tratar a los trabajadores con una nueva dignidad: "todos nosotros que tenemos el tiempo y la oportunidad de encarar el problema muy enérgicamente... de establecer un nuevo método de cooperación con aquellos que parecen definitivamente decididos a no seguir siendo los asalariados durante mucho más tiempo" (An Englishman Looks at the World 60-61). En otras palabras, "necesitamos un nuevo contrato social" (An Englishman Looks at the World 50). Wells deseaba ver al gobierno y a los capitanes de la industria negociar con las organizaciones de los trabajadores para crear

Cita:"esquemas por un tipo más permanente de empleo y un tipo de participación de los trabajadores en los beneficios y en la dirección de las empresas. Estos esquemas admiten una amplia variación, desde un mero sistema de bonos, pasando por un depósito periódico a favor de los trabajadores para evitar la huelga, y llegando incluso a una real y honesta coparticipación[sic].... De semejantes ideas pasa uno muy fácilmente a la concepción de los negocios cogestionados, en los cuales el factor capital ya no se destacaría como un elemento distintivo y en confontración con la posesión de la fuerza de trabajo. Uno ve al trabajador... como un pensionistas o quizás ... o un perceptor de royalties durante sus años de declive (An Englishman Looks at the World 64)."


En resumen, Wells pedía a la clase dominante eliminar totalmente al asalariado. "La humanidad se está rebelando contra la persistencia de la clase trabajadora como tal", declaró.

Con la propuesta de eliminar al asalariado, Wells reconoce que "debemos descubrir una forma nueva y más equitativa de trabajo", especialmente en los trabajos menos agradables "como construir carreteras y ferrocariles, la minería ... y la mayor parte de la construcción. (An Englishman Looks at the World 60-61, 67-68). Pero se pregunta: "¿Por qué contratamos a gente para hacer la mayor parte de estos trabajos? ¿Por qué no las hacemos nosotros mismos de modo comunitario? ¿Por qué, en otras palabras, no tenemos un servicio obligatorio similar al militar dedicado al trabajo que dure un año o más de servicio y que lo realize todo el mundo, sea de clase alta o baja?" (An Englishman Looks at the World 67-68). Aquí Wells parece haber tomado como prestada una idea de Williams James. (1910). Wells busca resolver el problema económico de una sociedad sin clases, aunque está de acuerdo con James en el valor moral de ese servicio civil obligatorio. "Creo que este servicio civil obligatorio sería un beneficio moral enorme para nuestra comunidad. Creo que en hacer del trabajo una parte de la vida de todo el mundo y no la vida entera de unos pocos se encuentra la solución última de estas dificultades industriales" (An Englishman Looks at the World 67-68).

Después de haber examinado las relaciones de clase y el problema de obtener un trabajo no desagradable, Wells sugiere dos paliativos tras los disturbios de la clase trabajadora. En primer lugar, dada la desconfianza de los trabajadores en el gobierno, Wells propone una reforma electoral: abolir el método electoral entonces vigente y sustituirlo por un método más proporcional. Con un método más proporcional, "destruiría la maquinaría del sistema de partidos y "ya no pondría más al hombre independiente con una desesperanzadora desventaja enfrentado a los nominados por los partidos" (An Englishman Looks at the World 52-53). Su segundo paliativo sería "un vigoroso desarrollo de nuevas zonas urbanas para realojar a la gran mayoría de la población de una manera más civilizada y más agradable"(An Englishman Looks at the World 64).

Aunque Wells había predicho conflictos bélicos en sus escritos imaginativos durante años (veáse The War in the Air [1908] y The World Set Free [1914], por ejemplo), cuando la Primera Guerra Mundial empezó en 1914, Wells se quedó tan sorprendido como el resto de Europa, y dado su socialismo e internacionalismo, mucho contemporáneos suyos quedaron sorprendidos cuando Wells se declaró en apoyó de la guerra. Declaró que deseaba ver un final para el poder "Kaiser-Krupp" [NOTA: Krupp fue una empresa de fabricación de armas alemana que vendió armas a todos los gobiernos alemanes en todas las guerras en las que intervino este país desde 1861 hasta 1945] y aseguró que "Cada espada que se levanta contra Alemania se levanta por la paz" (War That Will End War 78, 22). De hecho, la "espada de la paz" con la que Wells representó su posición en la guerra, en 1917 se declaró a sí mismo como "pacifista" que quiso "hacer la paz al derrotar al hombre armado hasta que se rinda y admita el error, se desarme y se reorganice el mundo para conseguir la represión por la fuerza de las aventuras militares en el fututo (War and the Future 193).

Aunque Wells fue un partidario de la guerra, nunca fue un nacionalista. Vio a la guerra más como ideológica que como "racial". Escribió: "No nos ceguemos por las pasiones de la guerra para confundir a la gente con su gobierno" (What is Coming? 198) y "nuestra pelea es contra el Imperio Germánico, no contra su pueblo o contra una idea" (The War That Will End War 51). Pronosticó en el título de su primera obra durante la guerra que sería The War That Will End War (1914) - La guerra que acabará con la guerra, que la Primera Guerra mundial sería la última. Atacó a gritos el pacifismo de izquierdas escribiendo "Los así llamados Papeles Laboristas son quizás menos representativos del laborismo británico que cualquier otro; el líder del laborismo, por ejemplo, es el órgano de semejante gente como Bretrand Russell, Vernon Lee, Morel, rentistas académicos que conocen de la parte laboral de la industrialización como de la pelea de gallos" (War and the Future 251), pero tomó la causa de los trabajadores en temas como la escasez de alimentos y los precios, el nivel de vida y la democracia industrial. También apoyó algunas políticas avanzadas de organizaciones sociales. Para prevenir problemas, Wells urgió al gobierno:

Cita:ir una vez a cada localidad, requisar toda la comida almacenada en exceso y todas las monedas de oro - que pueden ser devueltas después de la guerra - no sólo a las tiendas de los minoristas especuladores, sino a las tiendas de los mayoristas que retienen las mercancías para sostener los precios altos... Deben constituirse comités de alimentación en cada condado para realizar informes sobre las necesidades de las masas y realizar investigaciones en materia de acumulación, incautación y distribución. (War That Will End War 27)


Además de abogar por una acción inmediata del gobierno para asegurar la disponibilidad de mercancias para satisfacer las necesidades básicas, Wells ràpidamente se dio cuenta de que la guerra era una oportunidad para reformar, e incluso transformar, la economía capitalista británica en una socialista. "¿Se dan cuenta los liberales que el sistema capitalista individualista está ahora desarmado?" preguntó al observar que:

Cita:"El Estado se hace cargo de los molinos de harina y el suministro de alimentos, no sólo para fines militares, sino para el bienestar general de la comunidad. El Estado controla los ferrocarriles con un repentino y completo desprecio a los accionistas... Si el Estado considera necesario retener estas cosas para el bien general, o si afloja un poco para volver a apretar, me pregunto si queda en las mentes de los hombres la idea de disputar su posesión" (War That Will End War 66-67, 64).


Wells sugirió que "podemos dar vuelta a nuestras necesidades actuales a una reorganización social más duradera; con un esfuerzo mínimo ahora, podemos ayudar a fijar los métodos y la maquinaria que en el futuro pondrán la alimentación y la vivienda y la administración de la tierra fuera del alcance de la codicia y el egoísmo para siempre" (War That Will End War 67-68). Dos años después del inicio de la geuerra, Wells vio este proceso cercano. El creyó que "tras el final de la guerra veremos el transporte marítimo, las minas de carbón y gran parte de la maquinaria de la producción de alimentos y bebidas y la distribución no bajo la dministración de la propiedad privada, sino bajo alguna clase de administración pública provisional" (What is Coming? 112). Aparte de las necesidades bélicas, Wels pensó que un cambio de mentalidad había ocurrido en Gran Bretaña, y detrás de la expansión del Estado en los tiempos bélicos, "es una idea, una nueva idea, la idea de que la nación es un gran sistema económico trabajando unido... La realidad es una vasta e interdependiente fábrica que le hubiera parecido increíble a Fourier" (What is Coming? 113). El único ingrediente de esta fórmula, al que Wells quiere añadir derechos, es al mundo del trabajo organizado: "Si debe haber alguna conversión ràpida de la maquinaria económica, pues las oportunidades y las necesidades de este tiempo lo exigen, los trabajadores debe tener la confianza de aquellos que quieren llevarla a cabo. Deben ser tranquilizados e ilustrados. Los trabajadores debe conocer lo que se va a hacer; deben consentir y cooperar" (What is Coming? 117-118). A los trabajadores se les debe dar seguridad a largo plazo en lugar de la incertidumbre del fluctuante mercado laboral de preguerra. "Muy pocos empleadores privados pueden negociar con un hombre durante toda su vida; pero la industria nacionalizada si puede; Pueden pagar un salario atractivo y pueden dar seguridad, pueden garantizar el ocio del hombre y su independencia (Elements of Reconstruction 65). Si dicha coparticipación, tal como Wells abogó por ella en artículos titulados "Labour Unrest" de 1912, fueran llevada a la práctica:

Cita:>Creo que sobre las ruinas del sistema capitalista decimonónico que esta guerra ha destrozado surgirá, incluso desde ahora mismo, en este extraño andamiaje de fábricas de munición nacionales y servicios públicos nacionalizados con precipitación, el marco de un orden económico y social basado en la propiedad y los servicios nacionales. (What is Coming? 123)


Además de defender lo que considera una política de nacionalización amistosa con los trabajadores, Wells volvió a las imprentas durante la guerra para apoyar las sugerencias de E. D. Morel sobre la posición de África después de la guerra (hecha en The African Problem and the Peace Agreement - El problema africano y el tratado de paz) de 1917. Aunque Wells se opuso al pacifismo de Morel, respetó el conocimiento de Morel sobre África desde los días de la última cruzada contra la esclavitud y el esclavitud en el Congo Belga. Morel se mostró a favor de poner fin al control imperialista del África sub-Sahariana, y, en su lugar, abogó por el establecimiento de una agencia internacional que supervisara la región, la limitación de la explotación europea y la provisión de educación y adiestramiento de los indígenas con vistas a un eventual autogobierno.

Aunque Wells apoyó estas propuestas generales y reconoció la necesidad de proteger a los africanos de la explotación, también se dió cuenta del peligro que esto suponía para la división internacional del trabajo y los trabajadores británicos. Sugirió, por ejemplo, que "la esclavitud en África, abierta o encubierta, bien sea forzada por el látigo o llevada a cabo mediante el robo de tierras, golpea el hogar de la libertad de cada trabajador europeo", y alertó sobre el potencial uso de los africanos en cualquier futuro conflicto: "Es absolutamente necesario para la paz del mundo que no haya negros armados mas allá del mínimo necesario para las labores de policía en África" (In the Fourth Fear: Anticipations of a World Peace 46, 43). Para asegurar el desarrollo de África y la satisfación nativa, Wells argumenta que: "Queremos una ley común para África, una Declaración general de Derechos humanos, algunos derechos elementales y una autoridad común a la cual los negros y nativos puedan apelar en busca de justicia", y continuó, "Queremos y demandamos un comercio justo y franco con África, que sólo se puede realizar por un poder regulador superior, una Comisión" (Fourth Fear 46, 47-48). Wells respaldó con entusiasmo el argumento de Morel al concluir que "debemos delegar a una Comisión Africana las aduanas interiores africanas, la regulación del comercio interestatal, los trenes y los ríos interestatales y el establecimiento de una Corte Suprema para resolver los asuntos africanos" (Fourth Fear, 49). Además de abogar por los derechos humanos en África, Wells también vio la necesidadde tomar medidas paliativas para prevenir una rápido colapso imperial tras la guerra: "La era de la 'expansión' está cerca a su fin. Nadie que sepa leer los signos de los tiempos en Japón, China, India, puede dudarlo. Finalizó en América un centenar de años atrás, está finalizando en Asia, finalizará en África, e incluso en África el fianl se vislumbra próximo" (What is Coming? 241). El dilema para Gran Bretaña es una retirada gradual del imperio o la expulsión definitiva, y una política de respeto y educación en África es el único camino para conseguir la primera".

Además de una nueva política laboral y el tema imperial para después de la guerra, Wells vio en la guerra una oportunidad para aplicar por su reforma legal de igualdad de las mujeres con los hombres. En 1916 declaró: "Las chicas que se han enfrentado a la muerte y a las heridas tan gallardamente en nuestras fábricas de municiones ... han matado para siempre el pobre argumento de que las mujeres no deberían votar porque ellas no tienen ningún valor militar" (What is Coming? 177-178). Más allá, Wells siente que determinadas actituddes deberían cambiar para acomodarse a la nueva autoconfianza de las mujeres después de la guerra.

Cita:No creo que la invasión por las mujeres de cientos de empleos hasta ahora vedados a ellas sea un acuerdo temporal que será revertido después de la guerra .... El mundo tras la guerra tendrá que adjustarse a esta extensión del empleo femenino, y su incremento en la proporción de respeto y apoyo a las mujeres" (179-180).


A pesar de que las preocupaciones sociales de Wells durante la guerra estuvieron en sintonía con sus posiciones anteriores al período bélico, su máxima preocupación durante el conflicto fue la promoción de un acuerdo tras la guerra para prevenir otro embrollo posterior que diera lugar a otra guerra. Desde tan temprano como 1914, Wells identificó unj número de cambios en los asuntos internacionales que harían un mundo más pacífico en el futuro y elaboró otras durante el resto del conflicto. Eran:

  • el control de la fabricación y comercio de armas,
  • la creación de una organización internacional para la presevación de la paz
  • y la utilización de acuerdos federales en áreas del mundo donde las fronteras internacionales no estuvieran fácilmente delimitadas.


En línea con su deseo de ver las principales industrias Británicas permanentemente nacionalizadas, Wells buscó "la absoluta exclusión en todo el mundo de la industria de armamentos para el beneficio privado" (War That Will End War 40). No sólo deben "Todas las plantas de fabricación de material de guerra en todo el mundo ... tomada por los gobiernos estatales", sino que además el comercio de armas debe ser absolutamente prohibido" (War That Will End War 44). De hecho, Wells pensó que sólo "unos pocos estados industriales [son] capaces de producir equipamiento armamentístico moderno [y] ellos deberían cerrar el suministro de semejante material a todos los otros estados del mundo (War That Will End War 275). Para regular la producción armamentística, pensó que "será posible establecer un consejo mundial para la regulación de armamentos como la consecuencia natural de esta guerra" (War That Will End War 46).

La restricción de la producción de armas para "unos pocos estados industriales" y el establecimiento de de un "consejo mundial para la regulación de armamentos" formaron el núcleo del pensamiento político de Wells en la creación de una organización internacional de paz posterior a la guerra. Dicha organización estuvo presente en la mente de Wells desde el principio del conflicto cuando escribió que "una Liga de Paz controlará el globo (War That Will End War 67-68). Wells creyó que esa agencia emergería de una rápida derrota alemana y se establecería bajo la presión estadounidense y sería apoyada por elementos liberales dentro de los gobiernos británico y francés. Sin embargo, como la guerra se prolongó y una aplastante victoria de cualquiera de las partes llegó a parecer poco probable, Wells puso sus esperanzas en el cansancio entre los beligerantes y la negociación de una "Liga de Paz", aunque todavía con la presión neutral estadounidense como una influencia liberalizadora, una liga que tomaría la forma de "un Tribunal Internacional para la discusión y solución de las controversias internacionales" (War That Will End War 276). Todas las cuestiones entre estados que produzcan roces con otros estados deben ser referidas al Tribunal Internacional. El Tribunal "debería administrar la ley del mar, el control de los fletes en interés común de la humanidad", y "sería más necesario crear una Comisión Internacional de Límites ... para volver a dibujar el mapa de Europa, Asia y África" (War That Will End War 276-277, 278). Estas son las bases del modelo de un Tribunal Internacional welsiano durante la guerra, con un cambio significativo: desde 1918 Wells insistió que la "Liga de Naciones" debería "tener poder y ejercitarlo, y varios poderes deberían ser delegados en ella" (In the Fourth Fear 28), y esto significaba que la "Liga de Naciones" debería "prácticamente controlar el ejército, la armada, las fuerzas aéreas y la industria de armamento de cada nación" (In the Fourth Fear 36). Para facilitar el establecimiento de un cuerpo internacional como este, Wells fue uno de los primeros miembros de la Asociación de la Liga de Naciones Libres, que fue establecida en 1918. Esta fue una organización liberal que se erigió como un rival de la pacifista Sociedad de la Liga de Naciones. Sin embargo, los objetivos de las dos organizaciones eran muy similares, y en 1919 se fusionaron, y tomaron un nuevo nombre: la Unión de la Liga de Naciones, de la cual Wells fue miembro brevemente.

Con el final de la fabricación y comercio de armas y el establecimiento de una "Liga de Naciones Libres", Wells consideró que la única cuestión final que se resolvió después de la guerra sería el de la delimitación de las fronteras. Sin embargo, antes de que el mapa de Europa fuera redibujado, Wells insistió que no debería haber "ninguna amargura de 'territorios conquistados'que perturbara la paz en el futuro de Europa" (War That Will End War 52). En cuanto a la redefinición de las fronteras, Wells pensó que que en el caso de la Europa occidental sería fácil:Bélgica y Luxemburgo deberían ser restaurados, Alsacia-Lorena [territorio en disputa entre Aemania y Francia]y la parte danesa de Schleswig-Holstein [territorio en disputa entre Alemania y Dinamarca] serían devueltas a Francia y Dinamarca, respectivamente [hoy el primero pertenece a Francia y el segundo a Alemania]. En Europa oriental y los Balcanes Wells prevé mayores problemas (War That Will End War 55-56). Así, las áreas de los imperios austro-húngaro y Otomano, que contenían pueblos de etnicidad mezclada deben ser federalizados entre cantones, y los cantones deberían ser pequeñas unidades homogéneas en grandes estados multiétnicos. Esta solución debería ser supervisada por la "Liga de Naciones Libres", y debería terminar con las aventuras imperiales en Europa oriental y los Balcanes, que crearía estados suficientemente fuertes para coexistir en la Liga con sus antiguos amos imperiales.

A pesar del júbilo por la llegada de la paz en 1918, Wells estaba desilusionado con la llegada de la paz, tanto en Gran Bretaña como a nivel internacional. El estado socializado que fue realizado durante la guerra se revierte, y la economía capitalista fue reintroducida sin otorgarle ningún papel a los trabajadores. El imperialismo británico fue reforzado después de la guerra contra Alemania y varios territorios otomanos cayeron bajo la "protección" británica; y la fabricas de armamentos privadas continuaron sin obstáculos. Lo peor de todo para Wells fue que, a pesar de su defensa de la "Liga de Naciones Libres", la eventual Liga de Naciones fue rechazada por los Estados Unidos; y Alemania, Rusia y Turquía fueron rechazadas, y fue en efecto una liga de Ministros de Asuntos Exteriores. (Outline of History [1920] 2: 740). Wells escribió en 1920: "Lo que el mundo necesita no es una liga de naciones como esta o una mera liga de pueblos, sino una liga mundial de hombres. El mundo perece a menos que la soberanía se fusione con la nacionalidad subordinada." (Outline of History [1920] 2: 752), y previó que la historia general del siglo XX en adelante será, en gran parte, de una u otra manera según se enmienden o se revoquen las disposiciones menos generosas y menos científicas del Tratado de Paz de 1919." (Outline of History [1920] 2: 740). La desilusión de Wells con la Liga de Naciones le llevó a renunciar a la League of Nations Union, y se pasó el resto de su vida criticando la Liga como un mal cuerpo internacional que no liga en absoluto.

Con el fin de la guerra, los intereses de Wells en los asuntos políticos continuó, tanto a nivel doméstico como internacional. Aunque generalmente rechazó el análisis marxista, Wells se quedó intrigado con la Revolución Bolchevique durante la Primera Guerra Mundial. Ël simpatizó con su republicanismo, su planificación central, su rechazo de la diplomacia tradicional. En 1920, sin embargo, viajó a Rusia para evaluar los logros iniciales del Régimen Bolchevique. Visitó Moscú y San Petesburgo, y se entrevistó con un número de líderes rusos, incluyendo el escritor Máximo Gorki, el fisiólogo Ivan Pavlov y el nuevo líder del país, Vladimir Lenin.

Después de su viaje, Wells publicó sus pensamientos sobre el Régimen Bolchevique en Rusia en las Sombras (Russia in the Shadows - Sinopsis y libro). Sus experiencias no cambiaron su actitud hacia el marxismo. "La filosofía marxista cruda, que divide a los hombres en burgeses y proletarios, que enfoca toda la vida social como una estúpida 'guerra de clases', no tenía conocimiento de la vida mental colectiva" (Russia in the Shadows, 57-58) y continúa:

Cita:en lo que respecta a la vida intelectual de la comunidad, Wells descubre que el marxismo comunismo no tiene ni planes ni ideas. El comunismo marxista ha sido siempre una teoría de la revolución, una teoría que carece de ideas creativas y constructivas, sino que además ha sido hostil a las ideas creativas y constructivas. Cada orador comunista ha sido entrenado para condenar la utopía, es decir, ha sido entrenado despreciar la planificación inteligente. (Russia in the Shadows 59-60)


De acuerdo con Wells:

Cita:De una parte a otra de Rusia, y en la comunidad ruso parlante repartida a lo largo y ancho del mundo, sólo existía una clase de persona que tenía una idea general común sobre el trabajo, una voluntad común y una voluntad común, y esta comunidad fue el Partido Comunista... Fue y es el único tipo de solidaridad posible en Rusia ... El Partido Comunista, a pesar de ser criticado, tiene una idea y el partido entero puede ser convocado para realizarla. Hasta ahora es algo moralmente superior a todo lo que se ha hecho en su contra (Russia in the Shadows 76-77)


Mientras Wells considera que la solidaridad comunista es el mortero que mantiene a Rusia unida, Wells mantiene un aprecio real por el liderazgo mostrado por Lenin en los primeros años de la revolución: "En él [Lenin] me di cuenta de que el comunismo, a pesar de Marx, es enormemente creativo ... Él, al menos, tiene una visión del mundo que es cambiado, planificado y construido de nuevo" (Russia in the Shadows 161-162). Mientras elogia la creatividad de Lenin, Wells yerra en el lado de la precaución, cuando considera lo que Lenin puede conseguir en la Rusia de los años 20. "Lenin está poniendo todo su poder en un régimen para el desarrollo de grandes estaciones de producción eléctrica, transporte e industria ... ¿Puede alguien imaginar un proyecto más valiente en las vastas llanuras y bosques, campesinos analfabetos, sin centrales hidroeléctricas disponibles, sin conocimientos técnicos disponibles y con el comercio y la industria en el último suspiro? (Russia in the Shadows 158-159). Más que el liderazgo de Lenin, Wells piensa que la disciplina del Partido Comunista es el factor de mantenimiento de Rusia. Al mometo de la muerte del dictador, Wells escribió: "Para muchos fines prácticos, el trabajo de Lenin se acabó antes de 1920. Su muerte ahora o un poco después hará sólo una mínima diferencia en los destinos de Rusia" (A Year of Prophesying 110). Wells escribió que "es a partir de sus nuevas raíces comunistas que el nuevo óden ruso crecerá. Está manifiestamente destinado a ser un gran sistema, unos Estados Unidos del Viejo Mundo, que se extienda desde el báltico al Pacífico (A Year of Prophesying 112). Para todos aquellos a los que no les gusta el marxismo, su rechazo a la ideología comunista y su escepticismo acerca de los ambiciosos planes de Lenin, Wels confiaba en que "el único gobierno posible que puede evitar ese colapso final de Rusia es el actual gobierno bolchevique ... No hay otra alternativa a este gobierno" (Russia in the shadows 173).

En Rusia en las Sombras, Wells presenta una evaluación equilibrada de los puntos fuertes del nuevo gobierno bolchevique y sus debilidades, pero también intenta desengañar a sus lectores de las muchas ideas falsas sobre el régimen. Cuando Wells considera el estado de Rusia antes de la revolución y el crecimiento del poder bolchevique, sus puntos de vista son claros:

Cita:Se falsea la situación mundial, se establece que la gente está totalmente perdida, para afirmar que la miseria espantosa de la Rusia de hoy es consecuencia de los comunistas. Se falsifica la situación en todo el mundo, se establece que la gente está totalmente perdida en sus acciones políticas para acabar afirmando que la espantosa miseria de la Rusia de hoy es en gran medida a consecuencia del esfuerzo comunista, que los malvados comunistas han conducido a Rusia a su difícil situación actual, y que si se puede derrocar a los comunistas de todo el mundo y en Rusia, pronto el país volverá a ser un país feliz de nuevo. Rusia cayó en su actual situación de miseria por la guerra munidal y por la insuficiencia moral e intelectual de su clase social rica y de sus gobernantes (Russia in the Shadows 66)


El comunismo, como una ideología esteril, según Wells, es incapaz de crear una revolución, pero como un movimiento popular está bien situado para sacar provecho de los fallos de sus rivales: "El comunismo no es un dragón que devora a los estados ricos; es más bien el basurero de los estados podridos y fallidos. No se puede decir que el comunismo es, o muy fuerte o se expande con mucha rapidez como una doctrina agresiva en Europa. Y sin embargo todavía puede prevalecer en algunas partes de Europa" (A Year of Prophesying 112).

Wells fue muy escético sobre la posibilidad del comunismo en Europa, porque creía que el capitalismo liberal europeo se reharía. Sin embargo, en EEUU y en los imperios europeos, la situación podría ser muy diferente: "Hay un considerable temor a las actividades comunistas en EEUU. Esto es en gran parte debido a una mala conciencia, consciente de que hay una gran masa de mano de obra inmigrante sin asimilar, muy injustamente tratada y con un nivel de educación muy bajo. Puede haber un futuro para el comunismo allí, y probablemente habrá un gran movimiento hacia el comunismo en los centros industriales de India, China y Japón. Pero en Europa pienso que el comunismo ha pasado su máximo y la mente popular se está moviendo hacia un tipo de socialismo más constructivo y esperanzador (Prophesying 244). La última esperanza de Wells para obtener el socialismo en Europa era que en este continente naciera una democracia social de un capitalismo moribundo, que Rusia liberalizara su rígido comunismo, y las dos esferas se encontrarían en un terreno socialista común:

Cita:El movimiento comunista es una parte del mundo actual, es una sombra proyectada por ciertos absurdos económicos, y una reacción a los mismos. En 25 años los proyectos de un socialismo científico se habrán convertido y absorvidos en su mayoría por el entusiasmo juvenil y la energía de resentidos que ahora encuentra su expresión en el comunismo. El comunismo es una fase, una experiencia amarga y estéril en el desarrollo de la idea socialista. El socialismo es su padre y también su heredero.(Prophesying 241)


Con su decepción, tanto por el acuerdo post bélico y por los esfuerzos bolcheviques en Rusia, Wells volvió al activismo político institucional en 1922, en un esfuerzo para influenciar la reconstrucción doméstica y la política internacional. En aquel año se unió al Partido Laborista y se mostró de acuerdo para presenarse como candidato en la Universidad de Londres, un sólido bastión conservador imposible de ganar desde su creación en 1868. Como parte de su campaña electoral, Wells pronunció una serie de discursos en la universidad y publicó dos documentos: una "carta electotal" a sus electores y un folleto titulado "El mundo, sus deudas y el hombre rico" [The World, Its Debts, and the Rich Man]. En esas publicaciones, Wells presenta las prioridades de Gran Bretaña y especifica lo que él considera son los puntos fuertes del Partido Laborista. En su "carta electoral", Wells condena los beneficios hechos durante la guerra, la salvaje especulación financiera en el mercado de capitales y las empresas de negocios improductivos. Según Wells, estos no son más que las lixiviaciones de la riqueza nacional que no suministran productos útiles o importantes a los niveles de empleo. Debido a sus afiliaciones de clase, Wells también condenó a los partidos Liberal y Conservador por no legislar para restringir las ganancias escesivas y la especulación financiera y por no iniciar reformas social-reformistas para ayudar a la reconstrucción del país. También critica a los "viejos partidos" que mantienen, después de la guerra, un alto gasto militar, y su uso de la Liga de Naciones como una extensión del ministerio de asuntos exteriores, incluso cuando rechazan la inclusión de Alemania, Rusia y Turquía como miembros, en vez de centrarse en la reconciliación, que debería ser el foco de la política de exteriores británica.

Wells presenta el Partido Laborista de postguerra como el partido de "una nación". A diferencia del Partido Comunista, ideológicamente no es un partido monolítico: "aunque incluye un ala socialista - y yo personalmente soy socialista -, el Partido laborista no es, como partido, un partido socialista" (The World, Its Debts, and the Rich Man 11). Wells además afirma que, en contraste con la sectorialización de los liberales y conservadores, el Partido Laborista ya no se limita sólo a la representación de la clase trabajadora:

Cita;Hoy el Partido laborista está a favor de todo el trabajo creativo en el Estado, desde el trabajo del campo hasta el trabajo del médico, periodistas, profesores, clérigos, investigadores científicos, en medio de una confusión tensa, rota, inútil en medio de la cual vivimos hoy. El Partido laborista no es antagónico con los intereses y las reivindicaciones de la propiedad privada honestamente administrada para la producción y el bienestar general, pero se establece de forma constante y sistemática contra todas las propiedades improductivas y parasitarias"... Su lema principal es el bienestar de todos antes que las ganancias de una clase o camarilla.(Correspondence 3: 115)


En relaciones internacionales, Wells aboga por un fuerte papel de Gran Bretaña en promover una mayor integración económica:

Cita;Yo soy un firme defensor de la urgente necesidad de controles internacionales en los asuntos mundiales. Pero es de sentido común que dichos controles mundiales deben representar a los principales poderes en el mundo... Debemos hacer lo que podamos con y para la Sociedad de Naciones y particualrmente, debemos apoyar su organización Mundial del Trabajo, pero nunca hemos de olvidar cuan provisional y experimental es y la necesidad urgente de apoyar la reconstrucción de Alemania, Rusia y Turquía, y otras Potencias excluidas de una cooperación equitativa y honorable (Correspondence 3: 116).


Habiendo desarrollado su posición general en su "carta electoral", Wells usa su segunda publicación electoral para identificar ciertas áreas de la política, principalmente entre ellos la tasa "Capital Levy".

Nota: La tasa capital levy sería un impuesto sobre el capital, en vez de sobre el ingreso, que se pagaría una sola vez, en vez de anualmente.


El Capital Levy fue una política del Partido Laborista que supondría el pago de una sola vez de los grandes ahorros no invertidos. El Levy sólo tendría un efecto significativo en los ahorros superiores a las 20.000 libras esterlinas, pero se creía que reduciría a la mitad los intereses por el pago de la deuda británica causada por la guerra. Wells usa su pamfleto para explicar los efectos del Capital Levy. Él la llama la política "antiresiduos" y pone el acento en el pequeño número de gente muy rica que se vería afectada. Al mismo tiempo, destaca, retóricamente, los sectores de inversión que se abrirían a consecuencia del alivio de la carga de la deuda por la guerra.

Lejos de ser antagonista contra el capital, Wells asegura que "estamos listos para el compromiso creativo. Estamos listos por una cooperación franca con toda clase de líderes industriales y financieros que realmente están trabajando para conseguir fines creativos y productivos" (The World, Its Debts, and the Rich Man 12).

En las encuestas, fue el que obtuvo menos intención de voto. En las elecciones celebradas el 15 de noviembre de 1922, fue el último, detrás del candidato conservador y tocayo, Sir Sydney Russell-Wells, y el candidato liberal.

Universidad de Londres 1922

Sir Sydney Russell-Wells (Conservative)-4.037
Professor Frederick Pollard (Liberal)---2.593
H. G. Wells (Labour)--------------------1,420


Las elecciones de 1922 devolvió una mayoría conservadora, pero, en le plazo de un año y de conformidad con la promesa electoral del partido, el Primer Ministro Stanley Baldwin convocó unas elecciones para dilucidar la cuestión de la reforma arancelaria, con los conservadores a favor de introducir tarifas protectoras y los laboristas y las dos facciones del Partido Liberal oponiéndose a la protección. Así, a fines de 1923, Wells estaba preparando una revancha.

Como parte de su segunda campaña, Wells publicó cuatro panfletos electorales, Socialismo y el móvil científico (1923)[Socialism and the Scientific Motive], una "carta electoral", el ideal de la educación laborista (1923)[The Labour Ideal of Education] y una caminata a lo largo de los embarcaderos del Támesis (1923)[A Walk Along the Thames Embankment], el último de los cuales es un estracto del capítulo primero de New Worlds for Old [Nuevos mundos para el viejo]. A los lemas de la campaña anterior, Wells añadió su apelación por el atractivo del socialismo en una economía mixta y declarándose a favor del comercio libre.

Sobre la cuestión del socialismo, Wells descarta el argumento de que el colectivismo conduce a la uniformidad y sugiere que, moralmente "en teoría todos somos comunistas y todos somos extremadamente individualistas": "todos repudiamos el egoísmo, todos decimos, en teoría, 'uno para todos y todos para uno" y justificamos casi todas las actitudes políticas" al tiempo que simultáneamente "todos creemos que hacemos lo mejor cuando somos libres de elegir el trabajo que queremos hacer y libres de hacerlo cada uno en nuestra forma de hacerlo" (Socialism and the Scientific Motive 2). Para Wells las palabras "socialismo" y "capitalismo" no son opuestas y señala que "estamos viviendo hoy en día en un sistema mixto. "Nuestro sistema es parcialmente socialista. Incluso aunque estamos viviendo bajo un sistema de 'beneficio' puro. Casi todo lo fundamental, el trabajo vital del mundo está hecho por gente que no está trabajando por el provecho" (Socialism and the Scientific 2-3).

Resumiendo, Wells apoya "la limitación de la propiedad a las cosas privadas" al tiempo que afirma que "la propiedad privada absoluta de la tierra, los recursos naturales y los servicios públicos es un robo a la comunidad hecho por el individuo"(Wells' Social anticipations 134).

Después de defender los beneficios prácticos del socialismo en una sociedad moderna, Wells vuelve al debate "comercio libre vs. protección arancelaria", y, desde una perspectiva internacionalista, señala los males de la protección para un país como Gran Bretaña. En primer lugar, presenta el argumento histórico afirmando que "nuestro país nunca ha sido una economía de subsistencia. Varios millones de británicos han vivido en base a nuestras importaciones pagadas con nuestras exportaciones pasadas y presentes" (Correspondence 3: 159) y no se debe impedir las importaciones de productos industriales (Correspondence 3: 160). En oposición a la prootección, Wells sugiere una mayor difusión del poder de compra. (Correspondence 3: 160) conseguida mediante la tasa Capital Levy, que gravaría los ahorros superiores a 5.000 libras y se "aplicaría sobre todo para el alivio fiscal del hombre común, lo que liberaría dinero para impulsar el gasto. (Correspondence 3: 160-161). Este simple mecanismo para "cebar la bomba" demuestra que Wells defendía una economía keynesiana mucho antes de que las teorías de Keynes fueran publicadas y hubieran ganado aceptación. Wells probablemente fue influido por Keynes, A Tract on Monetary Reform 1923, la cual Wells revisó el 19 de enero de 1924 [A Year of Prophesying 97-101].

NOTA: el hecho de que Wells leyera un libro del economista compatriota suyo John M. Keynes muestra hasta que punto el escritor de ciencia ficción estaba en los años 20 involucrado en la política y en las ciencias sociales, seguramente impulsado por el afán de aprender y por un cierto caracter autodidacta.

La economía británica, durante más de un siglo y desde que adquirió una ventaja en costes de producción por la utilización mayor y mejor de la técnica productiva, en comparación con otros países como EEUU, Francia y los distintos estados del norte y centro de Europa, y porque disponía deun amplio sistema colonial que le proporcionaba materias primas como algodón a precios sin competencia, se mostró a favor del librecambio, es decir, tarifas aduaneras cero, porque esta política le beneficiaba. Pero cuando tras la Primera Guerra Mundial su economía empezó a perder parte de esas ventajas comparativas, se instaló en la sociedad británica el debate proteccionismo vs. librecambio.

Desde que en 1776 Adam Smith publicara su obra más conocida La riqueza de las naciones hasta la Primera Guerra Mundial, la única posición económica sobre el papel del Estado en la economía era el laissez faire, laissez passer, es decir, reservarle un papel mínimo. Durante la Primera Guerra Mundial, como hemos visto, el estado británico se vió obligado a jugar un rol más activo en la economía, y al terminar la guerra, volvió a su papel anterior. Pero la semilla de la intervención estatal ya estaba sembrada. La llegada al poder del fascismo italiano de Mussolini (30-10-1922) y del nazismo alemán de Hitler (30-01-1933) por la derecha, y las ideas de Keynes y otros economistas por la izquierda en favor de un papel más social del Estado en la economía, acabaron con el liberalismo económico hasta la llegada al poder en los años 80 de Margaret Tatcher en Gran Bretaña y Ronald Reegan en EEUU.


Al tiempo que Wells claramente considera el proteccionismo contrario a los intereses económicos de Gran Bretaña, también se opone a él por motivos internacionalistas. El declara que: "Las tarifas arancelarias son actos internacionales, una forma más suave de guerra... Teóricamente, son tan justificables como un ejército o una armada, y su utilización activa es, probablemente, tan ruinosa para el hombre común como la guerra" (Correspondence 3: 160). Wells prefiere una comercio libre y amigable y sugiere apoyar la sociedad de naciones.

Aunque el resultado de las elecciones de 1923 no fue bueno, Wells pudo consolarse pensando que fue el único candidato que creció en número de votos con respecto a las elecciones del año anterior. El resultado de las elecciones del 5 de diciembre de 1923 fue:

Resultado de las elecciones Universidad de Londres 1923

Sir Sydney Russell-Wells (Conservative)-3.833
Professor Frederick Pollard (Liberal)-----2.180
H. G. Wells (Labour)---------------------1.427


Tras su segunda derrota electoral, Wells puso fin a sus ambiciones parlamentarias. Libre de enredos de partido, Wells tomó la pluma y procedió a comentar las actividades del gobierno de Ramsay MacDonald y el futuro de la centro izquierda. Su primera oportunidad de evaluar las actividades del gobierno laborista vino de la mano de la Westminster Gazette, que le había encomendado escribir una columna semanal sobre asuntos nacionales e internacionales entre septiembre de 1923 y septiembre de 1924. Empezó evaluando su política educativa. A pesar de que acusó al gobierno de ser "un gabinete bastante liberal de izquierdas" y de mostrar una "discreción conservadora", y a pesar de que se contradijo a si mismo al hacer notar de que "la Revolución Social no tiene prisa por llegar", Wells se mostró interesado en el Ministro de Educación C. P. Trevelyan. Wells insistió en que "el test inmediato del Gobierno Laborista será su tratamiento de la educación nacional". (A Year of Prophesying 121). A pesar de su acusación de conservadurismo, él todavía pensaba que el partido estaba comprometido en formar "una sociedad muy organizada inspirada no en la caza de beneficios sino en el espíritu de cooperativas, y trabajar y producir mucho por el bien común". La política educativa fue, pues, el centro de los objetivos de partido, pues Wells pensaba que "es imposible al Gobierno Laborista realizar su ideal ... con el actual nivel de educación." "Para incrementar tal nivel", afirmó Wells, "es necesario para la extensión de los servicios públicos en la vida económica y el reemplazo de la lucha por el dinero en el orden económico." (A Year of Prophesying 122). Con eso dicho, Wells pasó a ofrecer a Trevelyan un número de sugerencias políticas. Escribió en 1924 la sugerencia de prolongar los estudios escolares, tanto por abajo como por arriba. Afirmó que "las escuelas infantiles públicas deben ser las guarderías de los pobres" y que "la educación debe prolongarse, por lo menos, hasta la edad de 16" (A Year of Prophesying 123, 122). En cuanto al contenido, Wells sugirió que la educación "debe incluir un conocimiento general de la historia del mundo y la humanidad, elementos básicos de la ciencia política y la económica, un poco del conocimiento de los métodos y del alcance de las ciencias biológica y física y un conocimiento razonable y empleo de al menos una lengua extranjera" (A Year of Prophesying 122). Finalmente, Wells instó la potenciación de los alumnos en dirigir su propia educación. Sostuvo que los niños ya se están diferenciando después de los doce años, y debe haber una elección de estudios, ya que la educación de un niño es el veneno de otro niño. (A Year of Prophesying 124).

Si Wells tenía muchas esperanzas puestas en la educación en febrero de 1924, ya estaba desilusionado para marzo cuando el gobierno anunció sus gastos militares. La decisión laborista de ese mes de marzo, de construir cinco nuevos cruceros para la Royal Navy fue recibida con indignación por muchos en la izquierda, incluyendo a Wells, quién escribió:

Esos cruceros van a costar 5 millones de libras ... y van a dar empleo a unos pocos miles de hombres. Mientras tanto, tengo entendido que ese programa educativo Laborista para extender la educación hasta los 16 años para la próxima generación se va a quedar sin falta de fondos.(A Year of Prophesying 141)


La ira de Wells sobre la política laborista de rearme naval fue más allá de la simple crítica por la diversión de los fondos de las políticas sociales. Para él, la acción tendría un fuerte impacto en las relaciones exteriores de Gran Bretaña, pues mientras él creía que "el reconocimiento de Rusia es para bien", pensó que "los cañones de esos cinco cruceros serán armas obsoletas antes de que puedan ser finalizados, se habrá hecho añicos el prestigio del gobierno laborista como pacificador europeo" (A Year of Prophesying 121, 139-140). Wells creía que la decisión laborista era cínica, una maniobra de corta visión de futuro: "Uno no compra un arma sin un enemigo a la vista, y estoy totalmente pedido para vislumbrar que enemigo tiene MacDonald a la vista, a menos que consideremos como tales a los candidatos conservadores en los distritos electorales donde la construcción naval es poderosa" (A Year of Prophesying 140). Ni siquiera ha habido un gesto hacia la nacionalización del transporte, las minas y la producción de productos básicos... La tasa capital Levy ha sido olvidada." (A Year of Prophesying 180).

A pesar de su decepción con el gobierno laborista, Wells continuó apoyando a los dos partidos liberales (el Partido Liberal y el Patido Laborista) contra lo que él denominó Baldwinismo: un Peligro para el Mundo": (The Way the World Is Going 89). Wells pensó que la política del gobierno conservador de 1924 a 1929 estaba dirigiendo al país a otra guerra europea: con las relaciones con Rusia rotas y con la idea instalada en Rusia "de que Gran Bretaña es el enemigo del gobierno soviético" con "la incapacidad de llegar a un entendimiento con los Estados Unidos sobre el tema del desarme", y, especialmente, con el gobierno habiendo "llevado su apoyo a la dictadura de Mussolini" (The Way the World Is Going 92, 91, 90). Para Wells, "en el desarrollo de una amistad franco-alemana se cuelga toda la esperanza que tenemos de un gran futuro para Europa", así que la política británica debería estar dirigida a fomentar esa amistad" (The Way the World Is Going 90). Convencido de que "La parálisis del liberalismo inglés lleva con ella la parálisis del progreso en todo el mundo", a fines de 1927 Wells hace un exámen de la base de apoyo del centro-izquierda y trata de encontrar formas de asegurar su regreso a las próximas elecciones generales (The Way the World Is Going 83).

Aún reconociendo las diferencias en su apoyo histórico, Wells cree que la división ideológica entre entre los Partidos Liberal y Laborista es insignificante comparada con la que existe entre ellos y los conservadores. Reflexionando sobre el primer gobierno de MacDonalds, por ejemplo, Wells señala: "Una vez alcanzado el poder, el gobierno laborista se ha mostrado snob, socialmente ignorante en vez de virtuoso y patéticamente ansioso de asegurar al mundo que no hay peligro en el 'Socialismo en nuestro tiempo'. Son liberales con corbatas rojas". (The Way the World Is Going 84-85). Los laboristas son liberales porque son demasiado tímidos para ser socialistas, mientras que los liberales han aprendido de la época eduardiana de pensadores tan capaces como Keynes que el 'laissez-faire'económico ya no es una propuesta práctica. Por otro lado:

tanto un gobierno liberal como uno laborista lanzaría un programa educativo, controlaría el armamento, liberaría al mundo de esas aventuras contra Rusia y China, sostenida más o menos furtivamente por Gran Bretaña, rompería la asociación con Mussolini y mostraría un mayor apoyo a la libertad de expresión (The Way the World Is Going 86)


Nota: los gobiernos de Gran Bretaña y Francia apoyaron al ejército Blanco formado por zaristas, socialistas y anticomunistas en general, en su lucha contra el ejército rojo.


La única diferencia que Wells admite entre el Partido Liberal y el Laborista es que el primero gastaría menos en las áreas sociales y los segundos gastarían menos en las áreas militares. Así que, en conjunto, un gobierno mixto liberal- laborista "podría ser mejor que cualquiera de las partes, y los fallos podrían compensarse." (The Way the World Is Going 95-96).

Habida cuenta de tales afinidades ideológicas, los dos partidos de centro izquierda podrían combinar sus fuerzas en un frente anti-conservador, y así podría extenderse en el tiempo el poder de la centro-izquierda, mientras que la desunión llevaría a los Conervadores al Gobierno. El examen welsiano de la situación produce dos estrategias relacionadas la una con la otra: una, para ser ejercitada por los partidarios de ambos partidos, y la otra para ser negociada por sus dirigentes. A nivel de base, Wells defiende "la formación de una serie de organizaciones políticas de base, junto a, pero independiente de los funcionarios locales de los partidos Liberal y Laborista, que se unirían en el voto anticonservador. Estas organizaciones crearían "un bloque de votantes que votarían en primer lugar contra el gobierno, y sólo secundariamente para cualquier partido, bien el Liberal, bien el Laborista". Esta táctica electoral conduciría a "un voto en cada circunscripción electoral para cualquiera de los dos partidos políticos que obtuviese la mayor votación en contra de los conservadores en las elecciones precedentes. independientemente de las puyas sin sentido que se lanzaran ambos partidos el uno contra el otro. Uno votará liberal aquí y otro laborista allí para no desperdiciar el voto." (The Way the World Is Going 87). Con la creación de un movimiento de base anti-conservador, Wells cree que los líderes de los partidos Laborista y Liberal se verían obligados a una negociación común para expulsar a los conservadores. Wells declara: "Como la mayoría de la gente en Gran Bretaña. deseo una coalición de los partidos Liberal y Laborista. Esta sencillamente sería nuestra salvación." (The Way the World Is Going 95-96).

Un obstáculo a la creación de dicha coalición de centro izquierda, sin embargo, es el líder Ramsay MacDonald. Wells se encuentra frustrado porque: "El pobrecito Daily Herald, bajo su influencia, gasta la mayor parte de su munición contra los liberales," y que "gente como Macdonald están encima de sus locuras de partido" (The Way the World Is Going 95, 96). Esos sentimientos, combinado con un rendimiento mediocre de Macdonald como primer ministro, lleva a Wells a "buscar algún tipo de liderazgo más allá de la mera estrategia de partido en la lucha que se acerca" (The Way the World Is Going 96). Aunque reconoce que "Henderson, Thomas, Clynes son seguramente ministros en una coalición," Wells afirma que "Snowden ... es el hombre que mejor puede liderar el Imperio Británico, bajo un gobierno de coalición, de vuelta a la sanidad, seguridad y a la paz", ya que el "es el más respetado y el que tendría el mayor grado de confianza que ningún otro contemporáneo" (The Way the World Is Going 97).

A pesar de los llamamientos de Wells, sin embargo, las elecciones generales de 1929 trajeron un gobierno minoritario laborista bajo la dirección de MacDonald. Este se negó a trabajar con el Partido liberal. Más aún, cuando la crisis financiera del 29 y la Gran Depresión alcanzó Gran Bretaña dos años más tarde, MacDonald se volvió hacia los conservadores para formar un nuevo gobierno. Actuando de esta manera, MacDonald condenó al Partido laborista a la oposición durante casi una década y abrió una brecha entre los pro y los anti liberales. Esa división marcó la importancia del Partido Laborista durante más de 40 años. La auto-destrucción laborista desilusionó a Wells, lo que le llevó a señalar en 1938 que:

Cita:El Partido Laborista ... es ... una pesada carga .... Los partidos laboristas han fallado en convertirse en algo más que en partidos de los sindicatos y los sindicatos no son más que organizaciones defensivas de los trabajadores bajo un sistema de capitalismo privado. Sus tácticas son defensivas y obstructivas. Sus objetivos naturales son la reducción de la jornada laboral, una mayor remuneración y la defensa ante los despidos. Son incapaces de imaginar un mundo mejor. (World Brain 111)


Aunque continuó votando a los laboristas durante el resto de su vida, su fe en los partidos políticos, sacudida después de 1924, fue destruida en 1931, y declaró que 'final' es la palabra por lo que cualquier político laborista parece probable que haga en el camino a la reconstrucción creativa" (World Brain 112).

Con el ataque de la Gran Depresión, las preocupaciones de Wells se centraron más que nunca en temas internacionales. En obras como La conspiración abierta,planos para una revolución militar (1928), El trabajo, la riqueza y la felicidad de la humanidad (1932) y El cerebro mundial (1938), Wells desarrolló la teoría del funcionalismo. Wells era partidario de un gobierno mundial, la creación de una enciclopedia mundial y una red mundial educativa (como una internet para organizar la información). En 1933 fue elegido presidente del International PEN Club, la organización de derechos humanos de los escritores, en nombre de la cual visitó la Unión Soviética en un esfuerzo fallido de establecer una rama de la organización en Rusia. En 1934, se inscribió en la Federación de Sociedades Progresistas y los Individuos, y escribió una introducción a su manifiesto en el que pidió "la producción colectiva", "un sistema mundial de dinero y crédito", "la organización de la paz mundial" y el fin de las fábricas privadas de armamento y "la modernización de la educación en todo el mundo", y la garantía de la libertad de expresión, de la libertad de prensa y el derecho a la libre circulación en todo el mundo." (Introduction 15-16). En 1936, se convirtió en el primer presidente de la Sección de Educación de la Asociación Británica, y se fue de viaje a Australia en 1939 en su representación. En el frente interno, firmó el manifiesto de "Los próximos cinco años", al que denominó "una reconstrucción coherentemente planeada de la vida económica de la nación, para el reajuste del orden social, para la preservación de un desarrolla imaginativo de la tierra que heredamos y un vigoroso efuerzo colectivo para fortalecer el sistema de paz colectivo" (Liberty and Democratic Leadership 309-310). Dentro y fuera de estas organizaciones, los esfuerzos de su presidente, Wells, se centraron en establecer la paz mundial y una mayor cooperación internacional.

Durante los 1930, Wells insistió más y más en la necesidad de una revolución mundial; sin embargo, la suya debía ser una revolución en ideas y en la planificación, más que una revolución que derrocara violentamente de los régimenes existentes. Wells ya había identificado a la Unión Soviética como el punto crucial, aunque con fallos, durante su encuentro con Lenin en 1920, y continuó con su apoyo a Rusia durante la década de los 30, con algunas salvedades. En aquella década, sin embargo, Wells vió surgir el New Deal en los EEUU, la aparición de la planificación estatal, tanto en la Unión Soviética, como en los EEUU, el resurgimiento de Rusia trás los desastres de la guerra civil, lo que le ofreció un atisbo de esperanza de que el mundo se encaminaba en la dirección de su deseada revolución mundial. Durante todo el período de entreguerras, Wells se mantuvo al tanto de la evolución de la Unión Soviética y continuó promocionando unas relaciones amistosas con ella. En un ensayo de 1927 reiteró, por ejemplo, que "el gobierno de Rusia es el único gobierno posible allí y ahora" y "la única esperanza de salvar las vastas áreas y recursos, tanto de la Rusia europea como de la asiática para la civilización reside en tomar el compromiso con ese gobierno y cooperar con su desarrollo" (The Way the World is Going 108). Al año siguiente, Wells comentó que "Stalin es evidentemente un comunista obcecado e intransigente dispuesto a detener cualquier cualquier movimiento hacia, bien el capitalismo, bien el cristianismo", al tiempo que expresó su disgusto por la expulsión, dispuesta por Stalin, "el más capacitado salvador de la República Soviética, Trotsky" (Outline of History [1930] 1125). A pesar de su preocupación por el desplazamiento de Stalin hacia un gobierno cada vez más personalista, Wells fue un entusiasmado defensor del Plan Quinquenal, explicando que:

Cita:Toda la Unión Soviética está en medio de un gran experimento, el más amplio y extraordinario intento de reconstruir la vida económica como nunca se ha intentado... Dentro de cinco años, si el Plan tiene éxito, Rusia se transformará en un país de grandes latifundios dirigidas por el gobierno del pueblo... La Unión Soviética se va a convertir en una enorme organización productora cuyas tierras trabajarán para el beneficio común. (Outline of History [1930] 1125)


El entusiasmo de Wells por el Plan Quiquenal, sin embargo, fue atemperado por dos temores. En primer lugar, se temía que Rusia podría estar avanzando con demasiada rapidez, ya que "con las intituciones políticas provisionales, sin siquiera el esqueleto de una administración pública eficiente, sin libertad de crítica, con la utilización de los métodos terroristas más sangrientos y crueles, Rusia ha intentado crear una organización económica de más de cien millones de personas" (The Work, Wealth and Happiness of Manhind 505-506). Segundo, para que Rusia tenga éxito, Wells insistió en que las reformas socio-políticas han de ser introducidas a la par que las económicas: "Se requiere una amplia educación, una atmósfera libre, intelectual, y toda una clase social, no sólo de técnicos, sino también de hombres capaces con ideas comunes y un sentido común de la responsabilidad. Un autócrata con un ego exagerado, con un partido disciplinado hasta la muerte, una oficina de prensa y una policía secreta no son sustitutos de lo anterior." (After Democracy 188).

Esta falta de libertad intelectual continuó dejando perplejo a Wells duranta la década de los 30 y la Segunda Guerra Mundial. Wells consideró que, bajo Stalin, "El país está todavía viviendo bajo el impulso mental de Lenin y el socialismo democrático del siglo XIX" (The Fate of Homo Sapiens 263), y que es la inercia de las doctrinas de Lenin lo que ha llevado al país a través de los esfuerzos supremos del Plan Quinquenal" (The New America 18). Al tiempo que expresaba el gusto personal por Stalin, Wells afirmo que:

Cita:Me han desilusionado principalmente las películas tontas de propaganda electoral, como por ejemplo, Lenin en Octubre. Allí Trotsky es menospreciado y Stalin es el héroe sabio de la historia. Stalin se plantó encima de Lenin. Modesta pero firmemente, Stalin señala los puntos estratégicos en el mapa y señala que hacer. Al parecer, Stalin está tratando de distorsionar la historia entera de la revolución para su glorificación personal. (The Fate of Homo Sapiens 263)


En 1935, Wells pensó que "En ningún sentido se puede decir que Rusia es ahora un país revolucionario: se ha convertido en una país dogmático" (The New America 18), y en 1941, con el prestigio de Stalin en su cima a causa de su intervención en la Segunda Guerra Mundial, Wells escribió: "Me temo que Stalin ha desempeñado su papel en el mundo" (Guide to the New Worm 131). A pesar de estas preocupaciones, Wells continuó viendo a Rusia como un modelo global". Sostuvo que: "Hacia el final de su gobierno, buscó con tanta pasión, a toda prisa, con amargura y con torpeza, que el orden económico mundial se desplaze despacio pero seguro" y que "defiende la bandera desgarrada de la colectividad y el mundo sigue siendo algo espléndido y lleno de esperanza" (The Work, Wealth and Happiness of Mankind 505-506, 507).

Simultáneamente con su interés en el Plan Quinquenal estaliniano, Wells se muestra cada vez más interesado en el desarrollo de los EEUU. Wells creía que la economía mundial estaba fuera de control y que la humanidad se encuentra ante el problema de distribuir la enorme riqueza que es capaz de generar (The New America 9). En el mundo había un triple problema: "el problema político generado por la guerra, el desempleo y el problema monetario-financiero" (New America 32, 13). En Rusia, el Plan Quinquenal estaba intentado reconstruir la economía". En EEUU, Wells pensó que el New Deal estaba intentado hacer lo mismo. Aunque Wells apoyó el New Deal, no fue totalmente acrítico. Estaba entusiasmado en los masivos programas de empleo público, especialemente con el Tennessee Valley Authority y otros proyectos similares en todo el país, pero pensó que el gobierno estadounidense no estaba siendo suficientemente audaz en la toma de control de empresas privadas. Así comentó sobre el Federal Emergency Relief Administration (Programa Federal de Socorro de Emergencia) dirigido por Harry Hopkins*, que es:

cita textual:un intento a medias de crear una especie de embrión de un estado socialista... Mr. Hoprkins está... poniendo los desempleados para hacer cosas, muebles, artículos de algodón, jabones, zapatos, enlatados, etc, para ellos mismos y para promocionar el trueque entre ellos (70-71).


NOTA:*Tras asumir como presidente, Roosvelt encarga a Hopkins la dirección del Federal Emergency Relief Administration (Programa Federal de Socorro de Emergencia). Convencido de que el trabajo es el antídoto contra la pobreza [en realidad esto no es cierto, ya que se puede cobrar un sueldo inferior al ingreso mínimo para salir de al pobreza], Hopkins proporcionó trabajos patrocinados por el Estado en obras públicas, y también un programa asistencial para paliar la pobreza. En 7 años creó 8,5 millones de puestos de trabajo.


Wells visitó los Estados Unidos roosveltianos en cuatro ocasiones (1934, 1935, 1937, and 1940), y fue testigo de los altibajos de la recuperación económica. A pesar de los reveses del Congreso y una significativa oposición a las políticas roosveltianas, Wells pensaba que "El New Deal implica tal control colectivo de los negocios nacionales que sería absurdo llamar a esto cualquier cosa excepto socialismo" (The Fate of Homo Sapiens 273), especialmente "Si los beneficios especulativos tienen que ser eliminados y la regulación de precios tiene que continuar" (The New America 75-76). A lo largo de la década de los 30 del siglo pasado , "tanto Roosvelt como Stalin estaban intentando crear un Estado socialista moderno, gigantesco y científicamente organizado." (The New America 275), y este sentimiento le llevó a creer que un eje Moscú-Washington lanzaría al mundo fuera de la depresión económica y la guerra. Durante su visita a Rusia en 1934, Wells intentó persuadir a Stalin de que este eje debería ser creado:

Cita:A mi me parece que está teniendo lugar en los EEUU una profunda reorganización, la creación de una economía planificada socialista. Usted y Roosvelt, empiezan desde diferentes puntos de partida. ¿Pero no hay ninguna relación en ideas, un parentesco en ideas y necesidades entre Washington y Moscú? (Stalin and Wells 4).


Stalin negó el parentesco. Él argumentó que el objetivo de Roosvelt era salvar el capitalismo, y el de Stalin era crear un Estado socialista. Wells, sin embargo, discutió ese argumento por dos motivos: primero, argumentando que "Si empezamos con el control estatal de los bancos y después sigue el control de la industria pesada, de la industria en general, del comercio, etc., este control que abarca a los principales sectores de la economía, es equivalente a la propiedad estatal de todas las ramas de la economía nacional. Este será el proceso de socialización"; segundo, al afirmar que "Me parece que, en lugar de poner el acento el antagonismo entre los dos mundos, deberíamos, en las presentes circunstancias, esforzarnos en establecer una lengua común para todas las fuerzas constructivas" (Stalin and Wells 7, 5-6). Sin embargo, el gradualismo de Wells no dejó ninguna huella, y aunque finalizó la entrevista señalando que "En la actualidad, sólo hay en el mundo dos personas cuyas opiniones escuchan millones de personas, usted y Roosvelt", estaba claro que la iniciativa ruso-estadounidense para terminar con la depresión mundial no estaba en la agenda. (Stalin and Wells 18). De hecho, en 1940 Wells pensó que Rusia se ha convertido "en un imperialismo nacionalista" (The Rights of Man 105).

Con el crecimiento de los nacionalismos agresivos, de un lado, y el aislacionismo internacional por el otro, Wells pensó que el mundo iba encaminado hacia otra guerra mundial. Cuando la Segunda Guerra Mundial estalló, no optó por amargas recriminaciones, sino que inmediatamente lanzó una nueva campaña por unos Derechos Humanos Universales. Incluso antes de que la 2ª Guerra Mundial estallase, en su libro The Fate of Homo Sapiens, Wells había expresado su preocupación por las rupturas con la democracia, tanto a nivel mundial como en Gran Bretaña. Con el endurecimiento ds los Air Raid Precautions (ARP) a lo largo de 1939, Wells se mostró preocupado por su impacto sobre los derechos civiles, y aunque fue un defensor de la ARP, pidió garantías de que cualquier sacrificio de los derechos debía ser compensado por una mayor transparencia gubernamental y una mayor particiapción popular en la toma de decisiones. Estas garantías se hicieron cruciales con el establecimiento de una "tregua electoral" en septiembre de 1939 y la Prolongación de la Ley del Parlamento de 1940, un ley que efectivamente pospuso las elecciones generales hasta que terminase la contienda en Europa.

NOTA:La Air Raid Precautions (ARP) fue una organización británica creada en 1924 para proteger a los civiles durante los bombardeos aéreos de ciudades. Las actividades de esta organización se incrementaron notablemente tras el bombardeo de Guernica de 1937 y, especialmente, desde pricipios de 1939, cuando el fantasma de la próxima Gran Guerra se avecinaba. Era responsable del reparto de máscaras antigás, de los refugios antiaéreos, de dar la alarma, del mantenimiento del apagón de luz durante los bombardeos y del rescate de las personas atrapadas en los edificios destruidos.


En The Fate of Homo Sapiens (EL destino del Homo Sapiens) Wells empezó su defensa de la democracia en términos liberales y convencionales al declarar que "la democracia significa la subordinación del Estado a los fines y el bienestar común", y que "una comunidad moderna democrática frustraría su propia declaración de objetivos sin un marco legal completo y detallado impuesto por un poder judicial y una policía actuando estrictamente en virtud de la ley" (The Fate of Homo Sapiens 56, 58). También afirma que "el consentimiento de los gobernados en una democracia... debe ser un consentimiento contínuo. Este consentimiento debe ser sujeto de una continua revisión y renovación" (The Fate of Homo Sapiens 59, 64). Sin embargo, a esta postura liberal-internacionalista Wells añadió dos aspectos más radicales a su definición de democracia. Primero, afirmó que "la democracia es socialismo. Wells encara todo abuso de la propiedad; en segundo lugar, sostiene que "la libertad y la igualdad están incompletas sin el libre acceso al conocimiento y el debate libre y abierto. (The Fate of Homo Sapiens 64, 66, 67). Aunque sus " Derechos Humanos Universales" no aparecerán hasta un mes más tarde después de la publicación de El Destino del Homo sapiens (con la declaración de guerra contra Alemania ocurriendo en el intervalo), es evidente que incluso en tiempos de paz, los derechos humanos preocupan y ocupan el pensamiento de H. G. Wells.

Wells formalmente lanzó su campaña por su "Derechos Humanos Universales" en una serie de tres cartas a The Times entre el 26 de septiembre y el 25 de octubre de 1939. En la primera, acoge con satisfacción el debate sobre la guerra al declarar que le "recuerda la controversia sobre los objetivos de la guerra de 1917-18" (Correspondence 4: 235). Wells descarta la Liga de Naciones como un resultado pobre e ineficaz, elogia el espíritu (aunque no los logros) de la Revolución Bolchevique y la nobleza fundamental de la concepción del sistema de justicia social y de un mundo en paz, del cual el incentivo para el beneficio privado debe ser eliminado" (Correspondence 236). Él tiene esperanza de que el dabate sobre ocurrirá en "un ambiente de franqueza y tolerancia mutua, en una discusión abierta sobre la traición a la patria y la revolución." (Correspondence 237). En su segunda carta, datada el 30 de septiembre de 1939, Wells se defiende de los cargos lanzados por una editorial de The Times de ser materialista ("The End and the Means"). Se reafirma en la necesidad de "un pensamiento honesto, franco y tolerante" así como "evitar la 'solución' de 1918-20" (Correspondence 4: 238). Entusiasmado por el considerable número de comentarios a sus dos cartas anteriores... tanto de EEUU como de cualquier otra parte del mundo de gente muy capacitada, Wells envia una tercera carta a The Times en la que, en resumen, presenta una declaración a prueba de los Derechos Universales del Hombre (Correspondence 242).

La propuesta de Wells por una nueva carta de derechos humanos recibió el apoyo inmediato y continuo de gente procedentes de todo el mundo, y también sugerencias para revisarlas. El Daily Heral publicó el documento inicial de Wells sobre los Derechos Humanos, y abrió sus páginas a un debate público general. Se estableció un comité, formado por 10 personas para refinar el documento a la luz de la opinión pública internacional (Correspondence 42 a 44). Entre 1939 y 1944, Wells reimprimió su documento sobre los derechos en nueve de sus libros y panfletos y aparecieron traducidos a docenas de idiomas en periódicos de todo el mundo. Una distribución en alemán fue distribuida por la Royal Air Force durante la ocupación europea durante sus raids aéreos. Aunque los "Derechos Humanos Universales" fue, de acuerdo con Geoffrey Robertson (Correspondence 20-23) y Francesca Klug (Correspondence 89-91), un documento histórico puntual, gran parte de su contenido hace hincapié en derechos que ya existían antes en otros documentos, como la English Magna Carta (1215), el American Bill of Rights (1789) y la Declaración Francesa de Derechos del Hombre (1789) (The New World Order 138). Así, el documento de Wells afirmó el documento a la vida, a la propiedad privada, a la libertad personal, a la libertad de movimiento, de pensamiento, de debate y de culto. En consonancia con estos sentimientos contemporáneos, también se incluyó la protección a los menores de edad.

El documento de Wells sobre los derechos fue una ampliación a nivel universal de los principios liberales que habían entrado en el pensamiento occidental durante la Ilustración. Sin embargo, mediante el examen cuidadoso de la redacción del documento, también está claro que Wells no sólo busca la libertad individual, sino también la introducción de regulaciones económicas y sociales y el respeto por los derechos de un organismo internacional que transformaría el mundo en una confederación de estados colectivistas supervisados por una autoridad mundial. Entrando al nivel concreto de la regulación de estos derechos, Wells afirma en la claúsula cuarta "El derecho a ganar dinero" que: "la compra, tenencia y venta de bienes y servicios sin un servicio a la comunidad no es legal, es especulación", mientras que en la claúsula tercera "Derechos y Libertades" afirma que "nadie será forzado a trabajar, pero la comunidad debe encontrarle un trabajo apropiado cuando lo pida. Este es su derecho. En la claúsula siete, "El Derecho al Conocimiento" afirma: "El Hombre tiene el derecho a la enseñanza, la información y a obtener las noticias necesarias para hacer el uso efectivo de estos derechos" (The New World Order 42 a 44, 46 y 47). Estas tres claúsulas demuestran que la visión de Wells sobre sus derechos humanos trata de introducir una mayor ética en el capitalismo y en insistir en las responsabilidades del Estado en proporcionar trabajo y una educación significativa para todos los ciudadnos. Wells va un poco más lejos al afirmar al final de su documento que los Derechos Universales del Hombre "son propios de su naturaleza y no pueden ser cambiados" y que "los gobernantes, rajás, gobiernos y directores no son más que servidores de estos derechos" y que "están obligados por la presente ley" (The New World Order 47, 48). Al colocar a estos derechos por encima de los gobiernos y al universalizarlos, Wells trata de responzabilizar legalmente a los gobiernos de sus acciones, y por lo tanto, de crear un marco en él que las relaciones internacionales puedan operar sin acudir al recurso de las guerras mundiales. Los conflictos entre países se pueden resolver mediante acciones legales preventivas, al tiempo que se toman medidas de fuerza armada para respaldarlas, el enjuiciamiento de los líderes nacionales por un tribunal internacional o las guerras localizadas por una agencia internacional.

Aunque el documento de Wells "Los Derechos Universales del Hombre" parece un punto de partida radical alejado del gradualismo de las décadas anteriores, de hecho, simplemente lo confirma. Para Wells, sin embargo, su documento era una simple evolución de los derechos humanos establecidos en la Carta Magna británica ya que "en un país democrático y parlamentario, la centralización y la ampliación del poder estatal es una reafirmación clara y vigorosa de los derechos individuales del hombre" (The Common Sense of War and Peace 83). Los principios reformistas de Wells, sin embargo, no cambiaron, aunque su gradualismo fue necesariamente acelerado por el ritmo de los acontecimientos. Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, Wells se convenció de que la humanidad estaba a riesgo del exterminio si el ciclo de guerras mundiales no era detenido, y por ello, en 1941 declaró que: "Cualquier guerra ahora es una guerra civil... La unidad común bajo una ley común es ahora la única alternativa al caos" (Guide to the New World 66). Si bien la creación de un Estado Mundial había sido había sido un deseo de Wells tan temprano como 1901, en la década de los 40, Wells sentía que Cosmópolis no era más una decisión política, sino algo inevitable, dado el rápido avance de la tecnología y el enorme poder productivo en el mundo, que debía ser regulado y controlado por:

Cita:la exitosa organización del más universal y penetrante colectivismo que ahora se nos impone a todos, se verá frustrado en su aspecto más importante a menos que su organización sea acompañada por una nueva Declaración de los Derechos del Hombre, que debe, por la creciente complejidad de la estructura social, ser más generosa, detallada y explícita que ninguna de sus predecesoras. Esta Declaración debe convertirse en la ley fundamental común a todas las comunidades y colectividades unidas bajo la Paz Mundial (The New World Order 138)


Para salvar a la humanidad de la destrucción y llevar la guerra a una conclusión más rápida, Wells afirmó que "el debate actual de los 'Objetivos de la Guerra' debían ser sustituidos por la propaganda de esa nueva Declaración de los Derechos del Hombre" (The Rights of Man 168).

La propagación de "los Derechos Universales del Hombre" fue la principal preocupación de Wells duranre la Segunda Guerra Mundial, y vio los derechos humanos como un aspecto de la reconstrucción mundial tras la guerra. Tan pronto como en 1940, Wells insistió en "un acuerdo basado en las tres ideas del socialismo, el derecho y el conocimiento" como "la única manera de escapar de la profundización de los desastres" (The New World Order 147). Además, insistió en que la solución sea global, porque él creía que la "soberanía de los estados, que empezó en las comunidades prehistóricas, ha terminado, y este presente caos es su caída" (Phoenix 13), ya que "estos gobiernos soberanos no nos ha dado nada más que guerras inconclusas a una escala cada vez mayor" (The Rights of Man 103). En lugar de estados-naciones soberanos, Wells deseaba "una federación unificada para anular la actual fragmentación peligrosa en la dirección de los asuntos humanos". Las competencias para ser ejercidas por esta federación mundial deberían ser "la limitación y superación de:

  • (1) la soberanía política
  • (2) la propiedad privada y la dirección de la organización económica general de la humanidad
  • (3) la relación amo-súbdito por una ley fundamental igualitaria en todo el mundo" (Phoenix 60-61).
Wells no preveía la creación de un parlamento mundial, sino que cree que muchas de las tareas expuestas correspondientes a una federación mundial debían ser realizadas por agencias funcionales a través de "un sistema mundial de autoridades federales de cooperación con las facultades delegadas por los gobiernos actuales" (Phoenix 181-182). Entre estas autoridades se incluye "una comisión de desarme, una comisión de reparaciones, una comisión internacional para el reasentamientode las poblaciones desplazadas, una de transporte, otra para la restauración de la producción, del comercio y el dinero y otra sobre sanidad, educación e información (The Common Sense of War and Peace 58, 94). De hecho, en el mundo postbélico, la comisión de educación será crucial, ya que "la reconstrucción del mundo implica nada menos que la reducación de todo el mundo" (Phoenix 75).

Durante el transcurso de la guerra, Wells vio las bases de su mundo de estados federados emergiendo de las actividades de las potencias aliadas, primero en la "junta interaliada franco-británica para el suministro, transporte y otros asuntos económicos" entre 1939 y 1940, y más tarde, tras la entrada de los EEUU en la guerra y la caída de Francia en poder nazi, en la subsiguiente cooperación britano-estadounidense (Hancock and Gowing 180). Wells creía que los internacionalistas como él debían propugnar que estos organismos de cooperación militar se convirtieran en organismos internacionales, como parte de un acuerdo de paz permanente". A lo largo de la guerra, y especialmente con la entrada de la Unión Soviética y los Estados Unidos en el conflicto, el entusiasmo de Wells por una potencial federación mundial aumnentó, hasta tal punto que en sus últimos escritos se mostró a favor de que dicha federación controlara casi todos los aspectos de la vida. En 1942 declaró que "una Reconstrucción Revolucionaria del mundo incluye la abolición de la propiedad privada excepto en algunas cosas personales e íntimas"; y pensó que cualquier cosa que el gobierno federal mundial pueda hacer, debe ser hecha por el mismo, sin dividirla entre particularismos regionales y así sucesivamente, hasta la unidad política más pequeña" (Phoenix 62, 110).

Aunque Wells continuó publicando hasta el último año de su vida, la salud de Wells se deterioró rápidamente desde 1942 en adelante. Su último libro, Mind at the End of Its Tether (1945), sugiere una desesperación final acerca de la humanidad.

Fuente:El último libro de Wells, Mind At The End of Its Tether (1945) [La mente al límite] expresó el pesimismo del escritor de ciencia ficción acerca de las perspectivas de futuro de la humanidad, después de haber sido testigo de dos guerras mundiales y el lanzamiento de las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki. En la opinión de Wells:


Cita:El Homo Sapiens, en su forma actual, está agotado. Las estrellas, en su curso, se han vuelto contra él, y él tiene que dejar sitio a algún otro animal mejor adapatado para enfrentar el destino que se cierra más rápidamente sobre la humanidad... La pantalla del cine nos mira a la cara... Nuestros amores, nuestros odios, nuestras guerras y batallas no son más que danzas fantasmagóricas ocultos por una tela, tan insustanciales como un sueño... No hay ninguna vía de escape en el callejón sin salida. Es la oscura Edad Media que vuelve otra vez.


Desde 1945, otros pensadores importantes han repetido las ideas de Wells, e incluso han superado su pesimismo. H. G. Wells representó la tradición que empezó con la Ilustración de la creencia de que la ciencia demolería la superstición (incluso la religión tradicional) y solucionaría todos los problemas de la humanidad, y finalmente traería para siempre "el Reino de los Cielos en la Tierra". Sin embargo, algo salió muy mal con este sueño. La Ciencia y el pensamiento racional demostraron que no son omnipotentes. Algo faltaba en esta ecuación.


Al año siguiente y justo un mes antes de morir, se animó a publicar un artículo titulado "That Mosley Money!"en el The Socialist and New Leader en el que demandó al rey Jorge VI a abdicar por sus relaciones con el lider fascista británico Sir Oswald Mosley* de la British Union of Fascists (BUF). El 13 de agosto de 1946 Wells murió. Sus restos fueron cremados en Golders Green, London, 3 días después de su muerte. Después del servicio, sus cenizas fueron esparcidas desde un avión por Solent por sus hijos Anthony West y G. P. Wells.

*un personaje de la novela The Holy Terror (1939) de H. G. Wells es un garndilocuente fascista británico con antecedentes arsitocráticos y muy similar a Sir Oswald Mosley.

H. G. Wells fue un escritor prolífico, un educador y un hombre de estado mundial. Él fue socialista y cosmopolita. Mientas que su legado es múltiple, en tres áreas es especialmente significativas:

En primer lugar, Wells fue responsable de ampliar el socialismo en áreas más allá de las cuestiones económicas, como la liberación de la mujer y la reforma educativa, y de hacer de ello una ideología global. Como William J. Hyde observó una década después de la muerte de Wells: "Desde su programa inicial y confuso para la Sociedad Fabiana hasta su último trabajo, su vida fue una larga promoción de la idea socialista. Margaret Cole dijo de él justo dos años después de su muerte: "La vida de H. G. isnpiró a miles de jovenes y les inoculó con la fe de que la libertad con la democracia y el socialismo pueden ser realizados en nuestro tiempo.... Él fue la levadura, la levadura humana, que previno, y todavía previene, nuestro movimiento de convertirse en una organización sin alma.

En segundo lugar, Wells colocó los derechos humanos universales en la agenda política. Su defensa influenció el logro de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, y los derechos humanos siguen siendo hoy un asunto central en los asuntos humanos.

En tercer lugar, Wells aseveró que el nacionalismo y la independencia del Estado-nación ya no eran sostenibles. Él creó el clima de opinión en el período de entreguerras que hizo el establecimiento de organismo internacionales como las Naciones Unidas, pero especialmente la Unión Europea y sus precursores, y aumentó sus posibilidades en los años posteriorees a la Segunda Guerra Mundial. Como W. Warren Wagar señaló en 1961, "Ciertamente mucho más que cualquier otro hombre, él fue el instrumento para la creación del clima de opinión en el cual los gobiernos se apoyaron en Europa occidental" (H. G. Wells and the World State 274). Volviendo a la influencia de Wells en este punto, Wagar añadió: "Él nunca vaciló en su compromiso con un estado mundial y yo lo considero como una de las mentes más importantes en este campo en el siglo XX, y uno de los pocos cuya visión del mundo se mantiene fresca" (H. G. Wells: Traversing Time 277).

A pesar de los numerosos cambios que han ocurrido desde la muerte de Wells, estos tres temas- el socialismo cotidiano, la protección de los derechos humanos y el movimiento por una mayor integración transnacional- siguen siendo importantes en su forma moderna, y el papel de Wells en la colocación de estos temas en la agenda internacional de una importancia duradera, The Ultimate Revolution (1933). Perhaps Wells himself, in his "auto-obituary" published in 1943, most accurately gauged his own significance when he called himself "a reef-building coral polyp," and stated that "Scarcely anything remains of him now, and yet, without him and his like, the reef of common ideas on which our civilisation stands today could never have arisen" ("My Auto-Obituary" 119).

Works Cited
Bennett, Arnold. "Book of the Week: Wells and his 'New Worlds'." New Age 2.20 (March 14, 1908): 391.
Brewster, Frank. "A Socialist Party." Letter to the Editor. New Age 1.8 (June 20, 1907): 127.
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http://books.google.com.ar/books?id=HExGaHDhVbUC&pg=PA147&lpg=PA147&dq=Wells+%22War+That+Will+End+War%22&source=bl&ots=AWwRrxUUrg&sig=LdsFSU7OrJAUPjndw41J7LhXctU&hl=es&ei=sH6-SurhL4_g8Qa62PikAQ&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=5#v=onepage&q=Wells%20%22War%20That%20Will%20End%20War%22&f=false
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Traversing Time por W. Warren Wagar.

"Speaking to the Residencia des Estudiantes in Madrid in May 1932, Wells began his address with a few personal remarks about the impact of thje World War First: "I am one of those who were violently roused by the Great War. I feel that i have been coming awake and finding out things even ever since tremendous shock of August 1914. I had what I may call a sense of change before,but my sense of change was enormously quickened by that iluminating catastrophe and its desolating consequences. And it turned to me away from imaginative literature into a new direction.""

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